“La espera es terrible”: padre de argentinos-israelíes secuestrados por Hamás

Itzik Horn, padre de Eitan Horn de 37 años y de Iair Horn de 45 años, dos argentinos-israelíes que llevan 10 meses secuestrados por Hamás en el kibutz Nir Oz (en hebreo, ‘Pradera de la Fuerza’), habló en La W para compartir su testimonio.

Iair Horn vivía en el kibutz, donde estaba encargado de las fiestas de la comunidad y colaboraba para ayudar a las familias de la zona. Por su parte, Eitan Horn, quien lleva décadas trabajando en educación, había viajado ese fin de semana del 7 y 8 de octubre de 2023 a visitar a su hermano, cuando ambos terminaron secuestrados.

Ese día, 180 de los 400 residentes del kibutz Nir Oz fueron asesinados o secuestrados por Hamás.

Al respecto, Itzik Horn aseguró en La W que él y las otras familias se sienten “como en una montaña rusa: subimos y bajamos”. Además, reconoció que existen todo tipo de rumores y noticias falsas acerca de la negociación que estaría propiciando el Gobierno de los Estados Unidos, por lo que indicó que “aparentemente, Hamás no cede en ninguna de sus exigencias y todo esto lo único que hace es prolongar el sufrimiento de la familia y seguir poniendo en peligro, la vida de los rehenes”.

También aseguró que, hasta el día de hoy, no se sabe quién está con vida y quién no, “porque Hamás se niega terminantemente a entregar una lista”, por lo que insistió en que la tensión entre las familias de los 115 secuestrados “va en aumento y, lamentablemente, hemos aprendido a no tener demasiadas esperanzas porque, cuando parece que estamos a punto de conseguir algún tipo de acuerdo, por alguna razón se cae”.

Sobre qué información ha recibido de sus hijos desde que fueron secuestrados, Horn narró que, según un grupo de personas que fueron liberadas en noviembre pasado, Eitan y Iair se encontraban bien y no estaban heridos. Sin embargo, su padre aseguró que esta información fue del primer grupo de liberados: “No están en una cárcel común, son prisioneros de un grupo terrorista y, obviamente, no tienen comida ni bebidas y hace en más de 10 meses que no ven la luz del día ni respiran aire puro”.

“Cada familia trata de sobrellevarlo de la mejor manera posible. Yo, en lo personal, estoy en la lucha todos los días. Me reúno con diplomáticos, con la prensa y pido no solo por mis hijos, sino por todos los rehenes. Evidentemente, más de 10 meses hacen lo suyo y van minando la fuerza, uno trata de sacarla pero la espera es terrible”, reconoció.