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Debate: ¿protocolo para estudiantes transgénero en todos los colegios?

Un grupo activista ha levantado su voz en contra de la Sentencia T-261 de 2024, que ordena a las instituciones educativas implementar protocolos para la atención de estudiantes transgénero.

Imagen de referencia de salón de clases. Foto: Getty Images / Busà Photography

En los últimos días, un grupo activista ha levantado su voz en contra de la Sentencia T-261 de 2024, que ordena a las instituciones educativas implementar protocolos específicos para la atención de estudiantes transgénero y otros aspectos relacionados con la identidad de género. En Sigue La W, abordamos el tema conociendo las dos caras de la moneda.

Por un lado, respaldando la posición de la sentencia, Alba Reyes, presidenta de la Fundación Sergio Urrego, comenta: “Es importante hacer un llamado y no un debate sobre esto (...) Estamos procurando que los ambientes escolares sean seguros para los niños y niñas trans. Ya hay varias sentencias que protegen sus derechos; hay que entender que la diversidad va más allá de una orientación sexual diversa”.

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En contraposición, Jonathan Silva, activista y líder de la organización +DIGNIDAD, expresa: “Debemos partir de la premisa de que aquí nadie está a favor de la discriminación (...) Hay que decir que la Corte no siempre tiene la razón. Aquí sí se están abriendo las puertas para que haya niños trans. Hay un caso en el Reino Unido donde se cerró la clínica más prestigiosa de cambio de género para niños, justamente por decirle a un niño que podía usar bloqueadores de pubertad, y con el pasar de los años, estas personas demandaron al Reino Unido por considerar que hubo daños a su fisiología”.

Alba Reyes complementa: “Los protocolos están incluidos desde la Ley 1620 de 2013 (...) Esto tiene un trasfondo político. Lastimosamente, confundimos a las personas con esto y no hablamos con la verdad. Somos un país diverso y no podemos imponer”.

Por su parte, Silva concluye mencionando: “El gran problema por el cual estos niños se suicidan es porque les dañaron su identidad. La principal responsabilidad es de los padres (...) Cuando a un niño le administran un bloqueador de pubertad, puede desarrollar problemas de depresión”.

Todos los detalles a continuación: