“No tengo relación laboral o personal con ‘Pipe Tuluá’”: alias ‘El Alacrán’ a la Fiscalía

La W conoció una carta suscrita por Henry Loaiza Montoya, conocido con el alias de ‘El Alacrán’ y quien se encuentra recluido en la cárcel La Picota de Bogotá, la cual está dirigida a la fiscal general de la Nación, Luz Adriana Camargo y en la que advierte que no tiene vínculos con Andrés Felipe Marín Silva alias ‘Pipe Tuluá’, cabecilla de la banda criminal ‘La Inmaculada’.

Loaiza Montoya, quien es hijo del capo Henry Loaiza Ceballos –también conocido como el alias de ‘El Alacrán’ y quien hizo parte del Cartel de Cali–, fue detenido en Guayaquil el pasado 1 de febrero. Es acusado de heredar las actividades ilegales de su padre utilizando rutas del desde Putumayo.

En la misiva, en la cual Loaiza Montoya se identifica con firma y huella dactilar que, según el documento, fue cotejada el pasado 29 de julio, solicita a la fiscal Camargo ser escuchado: “De manera comedida, me dirijo a usted para solicitarle ser escuchado. Tengo declaración jurada con el propósito de aclarar una situación que ha sido objeto de múltiples publicaciones”.

En la carta, ‘El Alacrán’ asegura que “en varias publicaciones de medios de este país se me ha vinculado con el señor ‘Pipe Tuluá’, afirmación que es totalmente falsa”, por lo que manifiesta que nunca ha “tenido relación laboral ni personal con el mencionado señor”.

“La única ocasión en la que tuve conocimiento de su existencia fue debido a los comentarios y rumores que surgieron en publicaciones. Estas noticias infundadas pueden acarrear consecuencias negativas en mi proceso, además de afectar mi integridad y reputación”, agregó ‘El Alacrán’ en su misiva.

Cabe señalar que, el pasado 11 de junio, el grupo criminal ‘La Inmaculada’ expresó que, como “muestra de buena voluntad y en pro de la sociedad tulueña”, se comprometía a que, a partir de ese día, se garantizaría que “no habrá muertes violentas durante un mes” en el Valle del Cauca.

Sin embargo, una vez vencido el plazo, este grupo criminal se atribuyó el asesinato del empresario inmobiliario Javier Soto, quien fue atacado por un sicario en las instalaciones de su compañía.