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Al Oído: ¿El Gobierno del cambio está al servicio y en cabeza de quién? ¡Desolador!

El silencio de funcionarios del Gobierno Petro frente a cada escándalo de Armando Benedetti, embajador ante la FAO, es vergonzoso y significado de la doble moral.

Al Oído: ¿El Gobierno del cambio está al servicio y en cabeza de quién? ¡Desolador!

La mayoría de los errores y las implosiones que genera el Gobierno Nacional ocurren por la pésima elección del anillo de confianza que no tiene experiencia. Parecería que les interesara que el presidente Gustavo Petro cometa una serie de constantes errores.

Tal vez pueda sonar algo radical para algunos, pero, aunque todos sabemos que se gobierna con amigos, el presidente Petro ha aplicado una nueva teoría: gobernar con el enemigo y con quienes no comparten las luchas que defiende.

En otros gobiernos, los grandes escándalos posiblemente tenían una espera de seis meses. Acá, en el Gobierno del cambio, hemos llegado a tener un escándalo fuerte cada dos meses, pero en el último mes los hemos tenido casi a diario.

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¿Acaso cobran factura la poca gerencia y las reuniones del presidente con su gabinete? ¿O que una mujer como Laura Sarabia, juiciosa, pero sin experiencia política, administrativa o gerencial, que no fue elegida por voto popular, sea hoy quien parece estar al frente del país? Un agravante es que su experiencia y sus enseñanzas fueron dadas por un señor que, al igual que el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, es impresentable: les hablo de Armando Benedetti, nuestro embajador ante la FAO.

Acá una pregunta: ¿a quién protege el Gobierno y por qué?

Lo del embajador Benedetti no es nuevo. Es más, en unos audios que escuchó todo el país, incluso violentó a Sarabia con palabras e incluso la amenazó. ¿El premio? Su nombramiento como embajador ante la FAO.

El trato de Benedetti a su mujer ha sido denunciado en distintas ocasiones. ¿Por qué tanto temor para alejarlo del Gobierno? ¿Cómo es posible que la Cancillería solo diera una respuesta después de que esto saliera en medios, cuando ya se conocían los hechos? La esposa del embajador lo denuncia por violencia y muchos funcionarios que en campaña decían “el cambio es con las mujeres o no será” no sé dónde están, porque hoy solo guardan profundo silencio. ¿Le seguirán cuidando la espalda?

Por otro lado, están nuestros soldados en medio de ataques de grupos ilegales a quienes yo, de verdad, no les veo voluntad de paz: desconocen a nuestras fuerzas armadas, aumentan el reclutamiento a menores y azotan a la comunidad. Se pregunta uno, ¿a quiénes busca proteger el presidente? ¿Acaso el pacto no era solo de La Picota?

Súmenle que, con el prontuario que tiene Salvatore Mancuso –más de 2.000 delitos que aún está debiendo hoy– será gestor de paz y tendrá vía libre por todo el país.

También está Luz Adriana Camargo, la fiscal general que ayer se hizo una salida al estilo Irene Vélez, quien contestó con soberbia a los periodistas que, por orden de su Fiscalía, se dejó en libertad a uno de los capturados por nuestro Ejército Nacional. A nadie le importa que el Acuerdo de Paz firmado con las extintas Farc dejara claro que con quienes no se acogieran y no cumplieran solo seguía el sometimiento, pero no: acá los protegen y le dan más cumplimiento y garantías que a los firmantes que sí cumplen.

Y así con todo: la economía en reversa, el Congreso lleno de prácticas corruptas en el Gobierno del cambio, buscan la Constituyente, los ministros no saben qué quiere el presidente y ahora no sabemos para qué son nuestros impuestos.

Solo pregunto: ¿hacia dónde va realmente este país? El que quiere ver, que vea. Pero hay un barco que se hunde porque no existe capitán.

Al Oído: ¿El Gobierno del cambio está al servicio y en cabeza de quién? ¡Desolador!