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“¿Qué diablos quieren hacer?”: la pregunta de Alfonso Gómez Méndez sobre la constituyente

Alfonso Gómez Méndez, exfiscal general, dijo que es necesario preguntarse qué se quiere cambiar de la Constitución que hoy cumple 33 años de haber sido promulgada.

Alfonso Gómez Méndez, exministro de Justicia, exfiscal general y exprocurador. Foto: Colprensa.

El exfiscal y exministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, reaccionó ante la propuesta del Gobierno del presidente Gustavo Petro de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.

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En medio de la conmemoración de los 33 años de la promulgación de la Constitución Política de 1991, el jurista señaló que es necesario que se hagan varias preguntas y recordó al expresidente Darío Echandía.

“Como diría el maestro de Echandía, ¿una constituyente para qué? Es decir ¿qué diablos es lo que quieren hacer?, porque ¿qué es una Constituyente? Es un proceso para cambiar la Constitución, entonces ¿cuáles son las normas de la actual constitución que hay que cambiar?”, afirmó.

Además, invitó a los colombianos a que “le pregunten a quienes están en esta batahola, como decían los campesinos tolimenses frente a la aparición de los espantos –'de parte de Dios y e parte del diablo ¿qué necesita?’ y ‘-de parte de Dios y de parte del diablo, ¿qué es lo que quieren cambiar?’”.

La reacción del exfiscal Gómez Méndez, se relaciona con las que durante la mañana de este jueves se han conocido sobre la propuesta del Gobierno de Gustavo Petro, de promover una Asamblea Nacional Constituyente.

Por su parte, el presidente de la Corte Constitucional, magistrado José Fernando Reyes, criticó la polémica idea de una eventual constituyente.

En medio de su intervención, el magistrado aseguró que la Constitución de 1991 no es una “masa deforme gelatinosa y banal cambiable a placer”, refiriéndose a la idea de promover desde el gobierno una Asamblea Nacional Constituyente.

“Me pregunto cómo seguir hablando de nuevos proyectos constitucionales, si es que no hemos sido capaces de desarrollar y hacer cumplir el pacto que nos forjamos en 1991. La Constitución no puede ser una masa deforme, gelatinosa y banal cambiable a placer, sino, al revés, un texto rígido con muy relativas flexibilidades que precisa los meticulosos y exigentes requisitos de variación y cambio”, afirmó el magistrado Reyes.