Economía

Familias piden a las autoridades encontrar a las víctimas del sargento José Dorado

El militar retirado habló en la JEP sobre la persecución estatal a líderes de izquierda y sobre el batallón en el que estarían algunas víctimas, como el líder del Partido Comunista Pedro Julio Movilla.

Imagen de referencia. Foto: Victoria Kotlyarchuk / Getty Images

Imagen de referencia. Foto: Victoria Kotlyarchuk / Getty Images / Victoria Kotlyarchuk

El pasado 21 de junio, La W publicó algunas declaraciones entregadas en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) por el sargento en retiro José Leonairo Dorado Gaviria, quien trabajó en la Brigada XX de Contrainteligencia del Ejército Nacional entre 1986 y 1997. El testimonio llevó a las familias de víctimas a pedir acciones a la JEP y otras entidades estatales.

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Dorado explicó detalles de una política de exterminio de dirigentes de izquierda, lo que, de acuerdo con las familias, ratifica “lo que por décadas organizaciones de derechos humanos y de víctimas hemos planteado sobre la existencia de la violencia estatal”. Entre las personas mencionadas están Manuel Cepeda, Pedro Movilla o Nydia Erika Bautista.

“Sus declaraciones permiten verificar que la violencia estatal ha sido en Colombia una práctica sistemática de la que han participado funcionarios e instituciones estatales, y que tuvo por objetivo eliminar a los contradictores políticos de la izquierda colombiana con prácticas ilegales”, narró el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (Cajar).

Las familias de víctimas elevaron ante la JEP una solicitud de adoptar “medidas cautelares oportunas y efectivas para proteger los lugares mencionados por Dorado”, como la Escuela Logística y Batallón de Contrainteligencia del Ejército Nacional, que se ubica en San Cristóbal, en Bogotá, donde estarían los restos de Pedro Movilla.

Además de Movilla, la coalición de víctimas, entre quienes está un hijo del militante de izquierda, pidió acciones para resguardar los sitios en los que, según Dorado, estarían los cuerpos de Alirio Pedraza y Amparo Tordecillas, quienes fueron víctimas de tortura por parte de unidades militares antes de su asesinato, como contó el sargento.

Las víctimas demandaron que la JEP protección para sus familias y testigos, y exigieron “una acción diligente y articulada” entre la Jurisdicción y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). De la Justicia esperan “avance en las investigaciones y judicializaciones”, y de la Unidad buscan “que priorice la búsqueda de los cuerpos”.

El listado de peticiones se extendió hasta el Ministerio de Defensa, al que las víctimas pidieron “que se comprometa públicamente en facilitar la intervención de búsqueda de las instituciones competentes”, así como en medidas “inmediatas’ para “impedir cualquier alteración y obstrucción” en el batallón de San Cristóbal, epicentro de hostigamientos a izquierdistas.

La solicitud pública de las víctimas se suma a la petición de medidas cautelares radicada esta semana por el Cajar para que la JEP ordene la protección de las instalaciones de la Escuela Logística y el Batallón de Contrainteligencia del Ejército Nacional en Bogotá.

Para la organización, las medidas “urgen” para que la familia de Pedro Julio Movilla, líder del Partido Comunista asesinado en 1993 por miembros de la Brigada XX del Ejército, pueda encontrar los restos del dirigente, quien fue torturado. El Estado ya fue condenado por el crimen, por los seguimientos en su contra y la falta de diligencia en la búsqueda de justicia.

“Consideramos urgente que la JEP ordene la protección sobre las instalaciones del Batallón de Logística, que queda en San Cristóbal, para que no sean desaparecidos los restos de Pedro Julio nuevamente ni los de otras personas víctimas de desaparición forzada”, señaló Yessika Hoyos, presidenta del Colectivo José Alvear Restrepo.

De acuerdo con el relato que Dorado le entregó a la JEP, meses antes de su secuestro y desaparición ya le estaban adelantando seguimientos a Movilla en su vivienda, en el barrio Timiza, y en los lugares a los que se desplazaba. Tras meses de hostigamientos, finalmente fue abordado por miembros de la Fuerza Pública.

“En varios vehículos, un Renault color blanco, una camioneta de vagón, un Chevrolet Trooper, abordaron a la fuerza al señor Pedro Movilla sobre la avenida Primero de Mayo con 68, lo condujeron hacia la Escuela Logística, instalaciones del Batallón de contrainteligencia 1, y ahí lo interrogaron mediante acciones violentas de tortura y se les murió. En ese sitio lo enterraron”, aseguró Dorado.

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