Diálogos Segunda Marquetalia: garantes y acompañantes apoyaron instalación de mesa
Tres países y dos organizaciones que le siguen los pasos al Gobierno y el grupo de ‘Iván Márquez’ señalaron que la mesa de diálogos es “un paso importante para lograr la paz”.
El jefe de delegación Segunda Marquetalia, Walter Mendoza y comandante de la Segunda Marquetalia, Iván Márquez. Foto: EFE/ Ronald Peña R. / RONALD PENA R (EFE)
Cuba, Noruega y Venezuela, los tres países garantes de los acercamientos que el Gobierno colombiano intenta sostener con la Segunda Marquetalia, el grupo armado comandado por ‘Iván Márquez’, emitieron una declaración en la que apoyaron la instalación de la mesa de diálogos entre ambos bandos.
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A la declaración se sumaron la Conferencia Episcopal de Colombia y el Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas, Carlos Ruiz Massieu, los acompañantes permanentes del proceso. La comunicación expresa “satisfacción por el inicio de la Mesa” en Caracas, Venezuela.
“Nos comprometemos a actuar en estricto apego a la condición que nos es otorgada por las partes, de forma responsable e imparcial”, señaló el texto, que añadió un agradecimiento por “la confianza depositada en nosotros” y reiteró “nuestro compromiso con el proceso que hoy inicia”.
De acuerdo con los terceros en la negociación, que será liderada por Armando Novoa por parte de la administración de Gustavo Petro y por ‘Walter Mendoza’ en el lado del grupo armado, el comienzo de la Mesa “es un paso importante para lograr la paz en Colombia”.
El Gobierno instaló este lunes su tercera mesa formal de negociación con grupos armados, luego de la que se desarrolla con el autodenominado Estado Mayor Central y con el ELN. Se trata de un acercamiento político con futuras implicaciones jurídicas, pues la Segunda Marquetalia está conformada por desertores del Acuerdo de Paz de 2016.
Al evento en Caracas asistieron Novoa y Mendoza, además del alto comisionado para la paz, Otty Patiño, y el comandante de la Segunda Marquetalia, un ‘Iván Márquez’ con secuelas del atentado por el que el gobierno de Iván Duque lo había dado por muerto.
