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La hora a la que deberíamos despertarnos los niños, jóvenes y adultos, según experto

El neurólogo Leonardo Bello dijo que “acostarse a las 4:00 AM es lo más antinatural que existe, eso es una agresión que se le hace al cerebro”.

En el programa Salud y Algo Más de W Radio, el neurólogo Leonardo Bello compartió sus conocimientos sobre lo que ocurre en el cerebro de las personas madrugadoras. “Los científicos les llaman alondras a estas personas que tienen facilidad de salir de la cama, como que saltan rápidamente y se van ya a hacer sus cosas”, explicó Bello, en contraste con los “búhos”, quienes son más activos por la noche.

El doctor Bello subrayó que esta tendencia está codificada genéticamente. “Todo en el cuerpo y en el cerebro exactamente está codificado genéticamente. Hay unos genes que le dicen a la persona despierta a tal hora, hay otros genes que dicen acuéstese a tal hora, pero eso varía en cada uno de nosotros”, comentó. Añadió que factores como la edad y el sexo también influyen en los patrones de sueño.

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Al abordar los beneficios de madrugar, Bello aclaró: “Para mí, madrugar significa que nos despertemos con el sol. La hora ideal para despertarnos, en general, es con la salida del sol, alrededor de las 6:00 AM en países cercanos a la línea del Ecuador”. Explicó que esta sincronización con el sol es óptima debido a los cambios hormonales que ocurren naturalmente, como la disminución de melatonina y el aumento de adrenalina, acetilcolina y dopamina.

Respecto a las horas de sueño, el doctor recomendó: “Por muy temprano, las 5 de la mañana es lo más temprano. Y para la mayoría de las personas adultas, lo más tarde sería las 7 de la mañana”. Subrayó que el ciclo de sueño puede variar significativamente entre individuos, con algunos necesitando más de las ocho horas estándar.

Bello también advirtió sobre los riesgos de hábitos de sueño extremos, citando el caso del fallecido cantante Gustavo Cerati: “Acostarse a las 4:00 AM es lo más antinatural que existe, eso es una agresión que se le hace al cerebro”. Recalcó que aunque el cerebro puede tolerar trasnochar ocasionalmente, convertirlo en un hábito constante puede ser perjudicial.

Finalmente, Bello aconsejó a aquellos que trabajan de noche o tienen dificultades para adaptarse a madrugar: “Es muy difícil que una persona nocturna se convierta en madrugadora de un momento a otro. Si lo vuelven hábito, lentamente, podrían lograrlo”. Recomendó un “destete” gradual, ajustando los horarios de trabajo y sueño mes a mes para crear un nuevo hábito saludable.

Para un desempeño óptimo del cerebro, el doctor concluyó: “Mínimo seis horas, máximo ya exagerado, ocho horas de sueño”.

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