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G7 avanza en su plan de aprovechar activos rusos congelados para ayudar a Ucrania

Las conversaciones tuvieron lugar en medio de la ofensiva lanzada hace dos semanas por Rusia en la región de Járkov.

G7. Foto: Hannes P Albert/picture alliance via Getty Images / picture alliance

Los ministros de Finanzas del G7, reunidos en Italia, dieron cuenta de “avances” este sábado 25 de mayo en su proyecto de ayudar a Ucrania con los intereses generados por los activos rusos congelados, y esperan un acuerdo en la cumbre de junio.

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“Se han hecho progresos”, comentó el anfitrión de la reunión, el ministro italiano de Economía, Giancarlo Giorgetti, y añadió que “el acuerdo alcanzado es un acuerdo político”.

Aún quedan, sin embargo, “importantes cuestiones técnicas y jurídicas que resolver” antes de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G7, grupo de las mayores potencias económicas occidentales, prevista en la región italiana de Apulia en junio.

“Estamos avanzando en nuestras conversaciones sobre las posibles maneras de anticipar los beneficios extraordinarios procedentes de los activos soberanos rusos bloqueados, en beneficio de Ucrania, en conformidad con el derecho internacional y nuestros sistemas jurídicos respectivos”, indicaron los ministros en su declaración final.

El objetivo es presentar a sus dirigentes, antes de la cumbre en junio, “opciones para proporcionar ayuda financiera adicional a Ucrania”, declararon al término de su reunión en Stresa.

Las conversaciones tuvieron lugar en medio de la ofensiva lanzada hace dos semanas por Rusia en la región de Járkov, en el noreste de Ucrania, que Kiev aseguró el viernes 24 de mayo haber detenido.

“Vamos en la buena dirección”, aseguró a la AFP el ministro ucraniano de Finanzas, Sergui Marchenko, que asistió a una sesión dedicada a su país. “Espero que durante la cumbre de líderes del G7 en junio se tome alguna decisión”.

Sin embargo, los ministros no acordaron una cantidad concreta ni un mecanismo para ayudar financieramente a Ucrania con los intereses generados por los 300.000 millones de euros de activos del Banco Central de Rusia congelados por el G7 y Europa.

Dichos activos se encuentran sobre todo en la UE, ya que 185.000 millones de euros fueron congelados por Euroclear, un organismo internacional de depósito de fondos con sede en Bélgica.

Primer paso

Los países de la Unión Europea dieron un primer paso a principios de mayo con un acuerdo para embargar los intereses generados por los activos congelados de Rusia con el fin de armar a Ucrania.

Estos serían de entre 2.500 y 3.000 millones de euros anuales (2.700 y 3.250 millones de dólares).

Estados Unidos quiere ir más allá y presiona para que los países del G7 aprueben un préstamo de unos 50.000 millones de dólares garantizados por los intereses generados en el futuro por estos activos rusos inmovilizados.

Sin embargo, un acuerdo para un monto tan elevado, con cuestiones para clarificar como el reparto del riesgo entre Estados Unidos y Europa o quién emitiría la deuda, se antoja improbable.

Giorgetti se mostró, no obstante confiado en las posibilidades de alcanzar un acuerdo en la cumbre del G7: “Hay una firme determinación de encontrar una solución”, “debemos ser optimistas”.

El G7 está formado por Estados Unidos, Italia, Japón, Canadá, Reino Unido, Francia y Alemania.

Los titulares de Finanzas del grupo reiteraron que los activos soberanos de Rusia “permanecerán congelados hasta que Rusia pague por los daños que ha causado a Ucrania”, por lo que se prevé que sigan generando beneficios durante un largo tiempo.

Incrementar las sanciones

La idea de la administración estadounidense de Joe Biden es garantizar también una ayuda duradera a Ucrania ante un eventual regreso de Donald Trump a la Casa Blanca tras las presidenciales de noviembre.

Estados Unidos propuso en febrero que los países del G7 incautaran simplemente el total de activos rusos congelados, pero luego renunciaron ante las reticencias de sus aliados por la creación de un peligroso precedente jurídico y las posibles represalias de Moscú.

Pero recurrir únicamente a los beneficios generados por estos activos también puede provocar una respuesta de Rusia, advierte Jean-Paule Castagno, abogada especializada en derecho internacional del gabinete Orrick, dado que considera su uso “como un +robo+”.

De hecho, el presidente ruso, Vladímir Putin, ya ha movido ficha y el jueves firmó un decreto que autoriza la confiscación de activos pertenecientes a Estados Unidos o a personas asociadas a ese país.

Además de avanzar en la cuestión de los activos rusos, los ministros del G7 afirmaron el sábado que están “decididos a incrementar” las sanciones económicas a Moscú, en particular “apuntando a sus ingresos energéticos”.