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Exsecretaria de prensa del expresidente Donald Trump, testigo en su histórico juicio

Hope Hicks, la primera persona del círculo más cercano del magnate,estuvo muy implicada en la etapa final de la exitosa campaña para la Casa Blanca cuando supuestamente se realizaron los pagos a la exactriz de cine para adultos Stormy Daniels.

Donald Trump. Foto: EFE/EPA/CHARLY TRIBALLEAU / POOL / CHARLY TRIBALLEAU / POOL

Cuando está a punto de concluir la segunda semana del juicio a Donald Trump, este viernes 3 de mayo subió al estrado de los testigos la exsecretaria de prensa de su campaña electoral de 2016 Hope Hicks, la primera persona del círculo más cercano del magnate, muy pendiente de su declaración.

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Hicks, quien dijo estar “muy nerviosa”, estuvo muy implicada en la etapa final de la exitosa campaña para la Casa Blanca cuando supuestamente se realizaron los pagos a la exactriz porno Stormy Daniels para que guardara silencio sobre una relación que habría mantenido con el magnate una década antes.

Trump, de 77 años, y actual candidato republicano a las presidenciales de noviembre, está acusado de falsificar documentos comerciales para ocultar el pago de 130.000 dólares a Daniels pocos días antes de las elecciones de 2016 que ganó a la demócrata Hillary Clinton.

La falsificación de dichos pagos, que los hizo pasar como gastos legales de su entonces abogado personal Michael Cohen, es la causa que ha sentado en el banquillo al primer expresidente de Estados Unidos.

Durante la campaña “informaba al señor Trump”, dijo Hicks. “Estaba muy implicado”, aseguró la testigo, que a los 26 años se unió a la campaña del magnate inmobiliario neyorquino, con cuya familia al parecer aún mantiene relaciones cordiales.

Preguntada por una grabación que salió a la luz antes de aquellas elecciones, en la que Trump se jactaba de que podía agarrar a las mujeres por los genitales, Hicks dijo que “no sonaba como algo que él diría”.

Según el exeditor del diario sensacionalista National Enquirer David Pecker, primer testigo en el juicio, Hicks estuvo en una reunión en 2015 en la Torre Trump en Nueva York en la se acordó ayudar a la incipiente campaña de Trump del año siguiente.

Bajo la intensa mirada del republicano, que ella evitó cruzar, dijo, sin embargo, que no recordaba el encuentro.

El juez Juan Merchan comenzó la sesión del viernes dirigiéndose directamente a Trump para “aclarar (cualquier) malentendido” sobre su orden que prohíbe al magnate hablar en las redes sociales de los testigos, el jurado y el personal del tribunal y sus familiares, habitualmente para difamarlos.

¿Más multas?

Las repetidas violaciones de dicha orden le han supuesto una multa de 9.000 dólares al republicano. El jueves, el fiscal Christopher Conroy instó de nuevo a Merchan a multar a Trump por cuatro nuevas infracciones.

“El acusado cree que las reglas deberían ser diferentes para él”, adujo Conroy.

El juez debe anunciar todavía su decisión.

Asimismo, Merchan recordó al candidato republicano a los comicios de noviembre que que tiene “derecho absoluto a testificar” ante el tribunal, y que la orden “solo se aplica a declaraciones extrajudiciales (...) fuera de los tribunales”.

“Gracias”, se oyó decir a Trump.

Como suele hacer cada día a su llegada y salida del tribunal donde le aguardan medios de todo el mundo, Trump, que dice sentirse víctima de una “caza de brujas”, lamentó este viernes que su presencia obligada en el juicio le mantiene lejos de su campaña electoral.

Y de nuevo arremetió contra el juez, cuya imparcialidad pone en duda, por “tratar de presentar el caso como lo más salaz posible permitiendo testigos que no tienen nada que ver” con la causa.

Hasta el momento han pasado por el estrado a pedido de la fiscalía además de Pecker, otros testigos que explicaron cómo se gestaron los pagos, en particular, Keith Davidson, abogado de Daniels y de la modelo Karen McDougal, que recibió 150.000 dólares también para comprar su silencio por otra supuesta relación extramatrimonial.

La defensa intentó ponerlo contra las cuerdas frente al jurado, insinuando que era un “extorsionador”.