Cada nuevo hecho que se conoce en contra de la niñez es desgarrador.En Colombia, ser niño o niña muchas veces es <b>cargar con una lápida encima</b> por el abuso y el horror. Siempre que escucho un nuevo caso, pienso que la <b>exsenadora Gilma Jiménez</b> hace mucha falta.Nuestros niños importan a la luz de todos cuando algo es mediático y en redes muchos hablan de “turismo sexual”, pero en realidad el delito es <b>explotación sexual de niños</b>. Necesitamos entenderlo para ver si esta lucha algún día nos une. Los niños en Colombia están en peligro diariamente.Según los reportes de la Estadística Delictiva de la Policía Nacional, <b>entre enero y agosto del año 2023</b> se presentaron <b>8.295 delitos sexuales contra menores de edad</b> en el país. De estos, 4.605 fueron contra niños y 3.690 contra adolescentes.Los niños en Colombia parecen no importar a mayoría de nuestros políticos y claro, como no votan, seguro por eso no les resultan tan taquilleros.Ahora, pasemos a la vergüenza del momento: luego de <b>difundir el borrador del manual tarifario</b>, sale sin pena el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, a decir que el documento que subieron a la página<b> tenía un error </b>y quedaron mal tras dos años de trabajo –como siempre en este Gobierno–.Qué <b>vergüenza </b>y qué <b>cinismo</b>.Los <b>médicos y el personal de la salud en este país son héroes</b>, tardan años estudiando y endeudándose, ellos son los que merecerían los grandes sueldos de este país. Respétenlos.Ojalá el presidente Gustavo Petro o Laura Sarabia, directora del DAPRE, empiecen a <b>tomar cartas en el asunto para frenar esta burla</b> de tantas carteras a los colombianos.