Ecuador desmanteló laboratorio para procesar cocaína en frontera con Colombia
En el operativo, se incautaron nueve hornos microondas, una cocina industrial, 31 tanques de polietileno, un generador de luz, cuatro bombonas de gas y 10 canecas de químicos líquidos.
La Policía y los militares ecuatorianos localizaron y desmantelaron un laboratorio de procesamiento de clorhidrato de cocaína, en el límite fronterizo con Colombia.
Lea también:
Según la Policía, les tomó tres meses de investigación, con apoyo de agencias extranjeras y el análisis de datos, dar con el laboratorio, que tendría una capacidad de producción de entre 5 a 10 toneladas de cocaína semanales.
Esto “representa una pérdida de aproximadamente 150 millones de dólares mensuales para las organizaciones delictivas y terroristas”, señaló la Policía en un comunicado emitido este domingo.
En el operativo, realizado el sábado, se incautaron nueve hornos microondas, una cocina industrial, 31 tanques de polietileno (500-200 litros), un generador de luz, cuatro bombonas de gas, 10 canecas de químicos líquidos.
Además, cuatro tubos de ensayo, dos balanzas, 40 sacos de 25 kilogramos de metabisulfito de sodio, diez sacos de 25 kilogramos de cloruro de calcio, entre otros.
En el lugar se encontraron áreas de descanso, con capacidad de alojamiento para 60 personas y un área de producción.
La Policía presume que el personal que operaba el laboratorio “era de nacionalidad extranjera y que la droga era transportada en pequeñas embarcaciones hacia caletas en Ecuador y Colombia para su posterior envío a otros destinos a nivel nacional e internacional”, reza el comunicado, que no detalla las razones para la presunción.
Rodeado por Colombia y Perú, los dos mayores productores mundiales de cocaína, Ecuador se ha vuelto en los últimos años en un punto clave del tráfico mundial de esa droga, al aprovechar las mafias, sus puertos y costas para enviar toneladas de esa droga hacia Europa y Norteamérica.
Esto le ha hecho ser también el tercer país del mundo que más droga decomisa, sólo por detrás de Colombia y Estados Unidos, pues anualmente ha superado las 200 toneladas de estupefacientes incautados en los últimos tres años.