General Raúl Vargas sigue ascendiendo a pesar de graves acusaciones por falsos positivos
La W revela el informe de operaciones con el que el Batallón Bolívar en 2004 ocultó la comisión de una ejecución extrajudicial con la firma del general Raúl Vargas Idárraga, así como la ampliación de un testigo de los hechos que confesó que el documento fue un montaje.
General del Ejército sigue ascendiendo a pesar de graves acusaciones por falsos positivos
Aunque un considerable grupo de altos oficiales del Ejército han sido retirados del servicio durante este Gobierno debido a investigaciones y acusaciones por su presunta participación en falsos positivos, otros siguen en sus cargos, a pesar de las delicadas sindicaciones e incluso han tenido la posibilidad de seguir logrando ascensos en su carrera militar.
Uno de ellos es el general Raúl Fernando Vargas Idárraga, quien fue sindicado públicamente por el sargento Jaime Coral en una entrevista con La W en el 2022, por su presunta participación en la ejecución extrajudicial de un joven que fue secuestrado en una carretera, asesinado, y lo hicieron pasar como un supuesto informante de las Autodefensas en 2004.
Vargas Idárraga a pesar del escándalo, siguió en su cargo como comandante de la Tercera División, nunca pasó nada, pero además siguió escalando: desde este año el cuestionado general se convirtió en el flamante comandante del Comando Conjunto Tercero del Ejército, uno de los cargos militares más importantes del país y que le otorga el mando en departamentos como Caquetá, Amazonas, Putumayo y Guaviare.
La W conoció el informe completo con el que se habría maquillado la operación que sería en realidad una ejecución extrajudicial perpetrada por el Batallón Bolívar, del cual Vargas Idárraga era el jefe de operaciones, en inmediaciones de la vereda Sirazí (Boyacá).
En ese documento se presentaron hechos que fueron inexistentes para revestir la operación en 2004 de una falsa legalidad, firmado por el hoy comandante del Comando Conjunto Tercero del Ejército.
En primer lugar, en el informe se asegura que un grupo de soldados comandados por el capitán Rafael Alfonso Gutiérrez (jefe de inteligencia) fueron informados de que alias ‘Martín Llanos’ estaba recogiendo extorsiones en la zona, y al dirigirse desde la vereda Sirazí al municipio de Páez, supuestamente fueron atacados por tres paramilitares que estaban “en un puente”.
Según el informe falseado, firmado por Vargas Idárraga, en medio del supuesto combate, dos de los tres “paras” se fugaron y como ya había caído la noche, tras el combate que se extendió por 10 minutos, se encontraron con el cadáver de uno de los “terroristas”, que a su lado tenía un fusil AK-47, un morral negro, y un radio.
Toda esta “versión” reportada en su momento por el capitán Vargas Idárraga, riñe completamente con la realidad según la confesión de un testigo presencial de los hechos.
Ese testigo es el sargento Jaime Coral Trujillo, a quien W Radio logró contactar de nuevo para conocer más detalles de la operación y contrastar lo dicho en el informe al ser uno de los militares que participó en los hechos e incluso de los testigos que incluyó en el informe el general Vargas.
De entrada, al ser consultado sobre si lo plasmado allí correspondía con lo que había pasado, aseveró contundentemente que es completamente falso, y aseguró que se trató de un montaje para encubrir el falso positivo del campesino.
“Ese informe es falso, nunca nos regresamos, nunca encontramos dos personas que nos dispararon a la tropa, solamente como para darle valor al informe fue que hicieron eso, pero jamás hubo combate en ese sector. Todo eso es un montaje, eso es una gran mentira que haya habido combate, nunca hubo combate y asesinamos una persona, y la trajimos. Una vez nos regresamos, la llevamos al batallón y al día siguiente le hizo el levantamiento la Fiscalía de Tunja” sostuvo.
El testigo, quien es uno de los comparecientes de mayor reconocimiento ante la JEP por el caso de Dabeiba, asimismo aseguró que el encargado de armar los hechos falsos que fueron allí plasmados fue el capitán Rafael Antonio Gutiérrez como jefe de inteligencia y participante, respaldado con la firma del hoy general Vargas Idárraga que fue con la tropa al sitio y sabe lo que ocurrió.
Pero incluso, refirió que varios de los testigos que citaron allí no habían estado en el presunto crimen de guerra, tales como el sargento Hugo Misas que estaba incapacitado y el sargento Yasser Tarquino a quien nunca vio en la zona del homicidio.
Por lo que, afirma, si se investigara un poco, lo cual nunca ocurrió en el pasado, el documento se caería por su propio peso.
Además, afirmó que otro de los montajes dentro del informe falso que se hizo es la referencia a varias personas que aparecen mencionadas porque supuestamente habían sido retenidas en el marco de la operación por la tropa debido a que eran sospechosas, (la señora Diana Marcela Arias Caro, el señor Wilson Vasallo Farfán y Yesid Leonardo Cubides).
Según la confesión de Coral, que contradice el informe, en ningún momento hubo retenciones ni requisas, en cambio, salieron directamente del Batallón en las camionetas Rodeo a cometer el asesinato.
“De pronto se entregaron con antelación, o fueron requisados por otra patrulla, o en otra ocasión, pero solamente para darle más soporte al informe entonces colocan otras personas ahí. Pero esas personas nunca fueron retenidas ese mismo día, ni nunca fueron entregadas, ni al día siguiente fueron colocadas a disposición de una Fiscalía. Esas personas que fueron puestas ahí eso es falso” dijo el sargento en retiro.
Frente al armamento que le fue “encontrado” a la víctima compuesto por un fusil AK-47, así como un radio y un morral del color negro, asunto que se menciona el el informe cuestionado, Coral Trujillo narró que este fusil fue entregado por el coronel Mario Alberto Hernández López, comandante del Batallón Bolívar para el 2004, con el fin de cometer el hecho.
Según su relato, luego de la entrega por parte del coronel Hernández López al capitán Vargas Idárraga (el general en mención), este fusil fue introducido por Vargas dentro de los vehículos en los que salieron, por lo cual afirma de forma contundente, que es falso que la víctima, un campesino, portara dicho fusil y después de matarlo Vargas y sus hombres se lo colocaron.
“(El fusil) se lo entrega el coronel Mario Alberto Hernández López al mayor Vargas Idárraga Raúl Fernando y ese fusil pasa directamente a las camionetas Rodeo que tenía la escolta del comandante del batallón. En esas camionetas iniciamos movimiento hacia el municipio de Páez” narró el sargento Coral Trujillo.
Finalmente, en el informe objeto de contraste, se menciona que la tropa fue atacada por tres “bandidos” en un puente cuando iban de vuelta a la vereda Sirazí desde zona rural de Páez (Boyacá) y casualmente dos de ellos huyeron y al que encontraron, ya tarde en la noche, fue a la víctima que se denuncia fue un falso positivo. De acuerdo con Coral es mentira lo del tal combate, asegura que nunca existió.
“Ahí se ve el mal, lo falso que es este informe, nada de lo que dice ahí. Que fuimos hasta el sitio, que tuvimos el combate, que nos regresamos y luego hicimos un registro y luego regresamos y que hallamos un cuerpo sin vida después de un combate, ¡nunca hubo combate!” afirmó el sargento Coral Trujillo.
La realidad de lo ocurrido confesada por el testigo y participante del crimen
Además de desmentir la totalidad de lo que planteó el hoy general Raúl Vargas Idárraga en el informe de operaciones de los hechos ocurridos en abril de 2004 y que habrían ocultado ese falso positivo, el sargento Jaime Coral en diálogo con La W confesó lo que, afirma, en realidad ocurrió en el homicidio del campesino que fue reportado como muerto en combate.
Coral detalló que tras salir del Batallón en las camionetas Rodeo acompañados de un guía, en el recorrido que adelantaban vieron caminando por la carretera al campesino que terminó siendo asesinado, el cual fue detenido para una requisa y con la excusa de que iban a revisarle los antecedentes se lo llevaron cuesta arriba.
Según el testigo presencial de los hechos, citado en el informe falso que firma en 2004 el general Vargas Idárraga, el cabo Alberto Agudelo Peña fue quien prestó el camuflado que se le puso al campesino para matarlo. Aunque esta persona llevaba su cédula, se la quitaron y fue quemada en el batallón, afirmó Coral.
“Que acompañara a la tropa porque se le iba a pedir antecedentes y tenía que andar uniformado porque no podía andar de civil como venía. Entonces con esa clase de engaños esta persona no le vio ninguna dificultad y anduvo normal. Él nunca preguntó, él solamente cumplió lo que se le estaba diciendo, se puso el pantalón, se puso sus botas y le pusieron el chaleco. Si fueron 15 metros fue mucho” detalló con crudeza el sargento Coral.
Frente al momento concreto del asesinato, el testigo presencial aseguró que le disparó en el hombro a la víctima dejándola viva; el campesino de acuerdo con el sargento Coral quedó herido y se quejaba, pero fue rematado directamente por el general, en ese momento capitán, Raúl Vargas Idárraga que le quitó la vida.
“El tiro que yo le pegué se lo pegué a la persona que se llevó para ser asesinada, la persona que se cogió en la carretera, que fue la que me dio la orden el general, el capitán Raúl Fernando Vargas Idárraga. Entonces yo voy y le pego un tiro y la verdad no fui capaz de asesinarlo y ya se vino el capitán Vargas Idárraga y le pegó unos tiros en el pecho y en la cabeza y ya quedó muerto, lo asesinó” dijo Coral frente al crimen del campesino.
Adicionalmente, el sargento afirmó que el día después de los hechos hubo un choque entre varios de los soldados que estuvieron en el lugar con el jefe de operaciones, capitán Vargas Idárraga, porque no estuvieron de acuerdo con lo que en realidad ocurrió y cómo se asesinó a esta persona.
Todo lo anteriormente expuesto está dispuesto a contárselo a la JEP, pero lamenta que no lo han llamado.
Por otra parte, este testigo señaló al general Raúl Fernando Vargas Idárraga por intimidaciones, asegurando que por medio del coronel (r) Alejandro Robayo Rodríguez (compareciente ante la JEP) lo ha contactado para presionarlo y pedirle que deje de colaborar y no incrimine al actual comandante del Comando Conjunto Tercero del Ejército Nacional.
“No me lo hizo él directamente pero sí a través del coronel (r) Alejandro Robayo Rodríguez, de que por qué lo mencionaba, que por qué se le tiraba la carrera, y muchas cosas. Que dejara eso quieto, pero sí me manda terceros para que lo amedrenten a uno y lo intimiden. Con esta denuncia yo sé que me estoy echando una lápida en la cabeza, en la espalda, y voy a convertirme en un riesgo, porque yo sé que tarde que temprano ellos van a vengarse” afirmó el sargento.
Según el testimonio de este testigo, quien es uno de los comparecientes más acreditados por el caso Dabeiba y en la actualidad trabaja en proyectos restaurativos con las víctimas (TOAR), precisamente el coronel Robayo lo abordó en una reunión que adelantaban en Dabeiba (Antioquia) para decirle todas estas cosas, por lo cual, asegura que el magistrado auxiliar Hugo Escobar sacó a Robayo de la misma, tras ponerle en conocimiento lo que estaba pasando.
“Yo le informo al magistrado Hugo Escobar y él toma la decisión de sacarlo de esa reunión” dijo el sargento Coral.
Incluso, afirma que Robayo le pidió que se quedara callado frente a hechos en los que habrían participado tanto el general Vargas, como el coronel Robayo y Coral, cuando integraban el Batallón Contraguerrillas 15, adscrito a la Brigada Móvil 2 y la Fuerza de Despliegue Rápido (FUDRA) en Nariño. Según Coral, se trataría de torturas y otro tipo de delitos relacionados con la Operación Tsunami.
Según el testimonio del compareciente ante la JEP, Raúl Vargas Idárraga comandaba una compañía que se llamaba Akpro y el coronel Robayo la llamada Ciclón en esas unidades militares.
“Fueron torturas que se hicieron y ahí sí la compañía Akpro, la compañía del pelotón de seguridad que tenía el mayor Fernando Fuentes Gómez se llevaron estos guerrilleros y el otro es de la compañía Demoledor, pero esas personas fueron desaparecidas, porque nunca vi que las evacuaran y yo era orgánico de esa unidad. Escuchaba que reportaban cada dos días un combate, yo deduzco que esas personas fueron asesinadas, ¿dónde están?” aseguró.
Finalmente, afirmó que Robayo le dijo que se quedara callado porque la JEP no tenía la capacidad e infraestructura para investigar esos hechos y buscar los archivos en Tolemaida (Tolima). Ante esto, afirmó contundentemente que lo que le pase es tanto responsabilidad del coronel Alejandro Robayo, el general Raúl Fernando Vargas Idárraga y el capitán Rafael Gutiérrez.
“Él me preguntaba cómo estaba mi familia, que si estaba bien. que por qué me ponía a denunciar al general Vargas, que luego me iba a servir” dijo el testigo a W Radio.
A pesar de todas estas sospechas que rodean al general Vargas Idárraga por estas acusaciones de presuntos crímenes de guerra, que incluyen pruebas documentales, el general sigue escalando, ahora como Comandante del Comando Conjunto Tercero del Ejército Nacional a cargo de la dirección y formación de miles de hombres de la institución, con cuestionamientos que, en otros casos similares, para este ministerio de defensa y gobierno habían resultado inaceptables.
W Radio contactó desde el lunes 8 de abril al general Raúl Fernando Vargas Idárraga para conocer su opinión y respuesta a las presuntas irregularidades del informe que habría encubierto el crimen, y los señalamientos del testigo de los hechos en su contra, pero nunca atendió los insistentes mensajes y tampoco las llamadas.
Habla el testigo de los falsos positivos que enredan al general activo Raúl Vargas