Rafael Miranda, siquiatra especialista en niños, niñas y adolescentes, habló en <a href="https://www.wradio.com.co/programas/salud-y-algo-mas/" target="_blank"><b>Salud y Algo Más</b></a> sobre cómo detectar los cuadros de <b>ansiedad y depresión</b>, reconociendo las diferencias entre estas <b>afecciones cuando se presentan en niños y adolescentes</b>.El experto en epidemiología e investigador de la universidad del Bosque explicó cómo en la pandemia las enfermedades mentales cobraron más protagonismo, se estudió la<b> prevalencia de situaciones como la ansiedad y la depresión, frente a otras patologías que se pensaban más frecuentes a nivel global.</b>“Las emociones son parte de la vida cotidiana de niños y adolescentes. Cuando estas se dan por periodos prolongados, causan <b>angustia, incapacitan e impactan el desempeño escolar, familiar y social; solo ahí empezamos a hablar de un trastorno</b>. Todos sufrimos de estrés, pero cuando supera nuestra capacidad de respuesta ahí hablamos de un problema de ansiedad”, ilustró el Dr. Miranda.“Hay unos temores y ansiedades que van de la mano con el desarrollo del niño, como el temor a los extraños, al fuego, el agua, la lluvia en una edad temprana; luego <b>monstruos, fantasmas, desastres naturales; y, en la adolescencia, a situaciones como el rechazo o enfermedades físicas”, </b>explicó.“Esas manifestaciones se correlacionan con la edad y son normales, el diagnóstico debe colocar esos síntomas en un contexto del niño y ajustarlo a su periodo del desarrollo. Por ejemplo, <b>que unos padres se estén separando siempre genera ansiedad, en diferente medida, según la edad</b>. También el desempeño escolar, el bullying”, resaltó Miranda.De acuerdo al Dr. Rafael Miranda, la ansiedad y la depresión tienen muchas causas, entre ellas, las <b>condiciones psicosociales, alimentación, antecedentes genéticos</b>, pero, subraya, “algo fundamental es el vínculo. Se deben fortalecer para que cuando grandes sean estables y les brinde herramientas para afrontar el día a día”.Según el psiquiatra, algunas recomendaciones para afrontar en familia este tipo de afecciones son las siguientes:“Una persona puede demorar hasta 8 años por acceder a un servicio de salud especializado después de haber pasado por situaciones estigmatizantes. <b>Es peor para un niño que debe hacerlo a través de sus padres. Se les restringe el acceso a los tratamientos</b>”, advirtió Miranda.“Cuando hay síntomas prolongados por más de dos semanas de <b>sentirse cansado, </b>mal rendimiento, tendencia al aislamiento, cambios en la personalidad, irritabilidad, ahí esto se sale del estereotipo de los cambios transicionales de la adolescencia”, señaló.Para el médico especialista en niños, niñas y adolescentes es importante recalcar que “una consulta no es medicina ni hospitalización, <b>puede ser un espacio catártico para ser escuchado”.</b>Escuche la entrevista completa: