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Ucrania enfrentó creciente amenaza de las bombas aéreas guiadas rusas

Si continúa la tendencia actual, Rusia pronto podrá lanzar 3.000 o incluso 5.000 bombas al mes, advierte analista militar Oleksandr.

Imagen de referencia de la guerra entre Rusia y Ucrania. Foto: Getty Images.

Imagen de referencia de la guerra entre Rusia y Ucrania. Foto: Getty Images. / JOEL CARILLET

Rusia recurre cada vez más a potentes bombas aéreas guiadas para suprimir las defensas ucranianas. En marzo lanzó un 50 % más que el mes anterior sobre Ucrania, que carece de medios para contrarrestar esta creciente amenaza por la falta de cazas modernos y más sistemas de defensa antiaérea.

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Más de 2.300 bombas de este tipo fueron lanzadas por Rusia en el primer mes primaveral, batiendo así el récord anterior establecido en febrero, cuando se emplearon 1.500, según el analista militar ucraniano Oleksandr Kovalenko.

“Es probable que este tipo de bombas desempeñe el papel principal en los intentos de Rusia de romper nuestras líneas de defensa y zonas fortificadas durante la gran ofensiva prevista más adelante en este año”, escribió Kovalenko en su canal de Telegram.

Si continúa la tendencia actual, Rusia pronto podrá lanzar 3.000 o incluso 5.000 bombas al mes, advierte.

Clave para la ofensiva rusa

El uso intensivo de bombas continuó a pesar de que Ucrania derribó en febrero y la primera quincena de marzo 15 bombarderos rusos Su-34 y Su-35.

“Rusia sigue enviando aviones y pilotos al frente a pesar de todos los riesgos por una sencilla razón. Sin las bombas, su ejército se vuelve mucho menos eficaz en sus operaciones ofensivas”, explica el analista.

Una bomba de este tipo está equipada con un sistema de navegación que la dirige al objetivo deseado y transporta entre 250 y 1.500 kilogramos de explosivos. Destruye fácilmente “cualquier fortificación”, según un análisis reciente del medio digital “Texty”, y también puede infligir grandes pérdidas a las tropas de la zona.

“Aparte del daño directo de los fragmentos de la bomba, todos los combatientes en un radio de 100 metros sufren conmociones, barotraumas y pierden su capacidad de combate durante un tiempo”, argumenta el análisis.

Aparte de la línea del frente, donde ayudaron a Rusia a lograr avances sobre todo cerca de la ciudad oriental de Avdivka, tomada recientemente por las tropas del Kremlin, las bombas guiadas también se utilizan para atacar otras zonas residenciales.

El domingo, dos bombas aéreas guiadas dañaron edificios residenciales en Járkov, en el este del país. Un día antes se confirmó el uso de una bomba ODAB-1500 especialmente potente en la localidad de Velika Pisarivka, en la región nororiental de Sumi.

La cantidad de bombas de las que dispone Rusia es esencialmente “ilimitada”, mientras que la producción de elementos de guiado que ayudan a las bombas se ha incrementado recientemente, según Texty.

Sin embargo, el número de bombarderos Su-34, utilizados para lanzarlas, es limitado, con unos 80 actualmente a disposición de Rusia.

Medios limitados para contrarrestar la amenaza

Apuntar a los bombarderos rusos o a sus bases es la única forma viable de protegerse contra las bombas guiadas.

A diferencia de los misiles, las bombas difícilmente pueden ser interceptadas, explicó el lunes el portavoz de las fuerzas aéreas ucranianas, Illia Yevlash, en declaraciones a la televisión ucraniana.

“Tenemos que seguir desarrollando sistemas de defensa antiaérea que funcionen directamente en la línea del frente para proteger a la infantería, que sufre decenas de bombas de este tipo cada día”, dijo.

Sin embargo, Ucrania sólo dispone de unos pocos sistemas modernos de defensa antiaérea capaces de alcanzar a los bombarderos rusos, que lanzan las bombas desde 70 kilómetros de distancia de su objetivo, como los Patriots estadounidenses o los SAMP/T franco-italianos, que también necesita para proteger sus ciudades e infraestructuras.

Cuando se emplean cerca de la línea del frente, se convierten en objetivos de los drones y misiles rusos.

Ucrania también podría utilizar cazas modernos, como los F-16, para derribar los bombarderos, o misiles de largo alcance ATACMS para atacar las bases de aviación en los territorios ocupados, explicó Kovalenko a EFE.

Sin embargo, el país sólo espera recibir el primer lote de F-16 este verano. Además, dispone de muy pocos misiles de largo alcance, subraya el analista.

En tales condiciones, Ucrania debería confiar en su propia capacidad de producción, sugiere Igor Lutsenko, un pionero en el uso de aviones no tripulados en el Ejército ucraniano.

“Deberíamos producir cada día al menos un centenar de drones ligeros y baratos, que podrían atacar aeródromos rusos”, argumenta en sus redes sociales.

Es urgente encontrar soluciones, ya sea acelerando la ayuda internacional o la producción local, coinciden varios analistas, ya que Rusia pretende extender el uso de este tipo de bombas a lo largo de toda la línea del frente, así como aumentar su potencia y precisión.

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