Salud

¿Cómo reducir el estrés y la ansiedad? Interactuar con perros podría ser una solución

Tener una mascota podría ser de gran beneficio para una persona que padece estrés, ansiedad o depresión. Le contamos por qué.

Foto: GettyImages / DRAKULA IMAGES

El estrés y la ansiedad son estados particulares pero muy comunes en cuanto a la salud mental y estabilidad de las personas, según Clínica Mayo, “los síntomas pueden afectar el cuerpo, los pensamientos, sentimientos e incluso el comportamiento”, agregando también que, si estos no se controlan, muchos pueden desarrollar problemas de salud física.

De allí que surja la necesidad de encontrar alternativas que pueden ayudar a sobrellevar estos padecimientos, siendo una que se ha convertido en clave, el contacto con mascotas.

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Según un estudio realizado por la revista científica PLOS ONE, jugar con un perro, acariciarlo, darle de comer o abrazarlo puede generar cambios en el cerebro que ayudan a aliviar el estrés y aumentar la concentración.

¿Cómo funcionan estos cambios en el cerebro?

Como exponen los análisis, los estudios de posibles beneficios en las interacciones con animales normalmente son más encaminados al ámbito psicológico, relacionando el estado de animo con los niveles hormonales que se mueven al tener contacto con un animal de afinidad.

En Corea del Sur, por ejemplo, un equipo de la Universidad de Konkuk puso a prueba este estudio realizando escáner cerebral a 30 voluntarios con edades alrededor de los 27 años, para identificar como cambiaba su actividad cerebral mientras realizaban diferentes actividades con perros.

Resultados del estudio

  • Jugar con el perro y pasearlo aumentó las oscilaciones en la banda alfa del cerebro, que se relaciona con un estado de paz y distención.
  • Acariciarlo y alimentarlo aumentó la oscilación en la banda beta, afín a un mayor nivel de concentración.
  • Al finalizar, la conclusión por unanimidad de todos los participantes fue se sentían menos deprimidos y sin niveles de estrés después de todas las actividades.

Finalmente, la conclusión fue que tener contacto con perros en la cotidianeidad podría generar en el cerebro una “mayor relajación, atención, concentración, disminución de estrés y tener pensamientos positivos”.