Estados Unidos dona carpas para migrantes en selva de Panamá tras salida de MSF
El Gobierno de Panamá suspendió la acción humanitaria de Médicos Sin Fronteras en el Darién luego de que esa ONG denunciara un aumento en las violaciones sexuales a los viajeros.
Estados Unidos donó este lunes 11 de marzo carpas, catres de campaña y otros materiales para asistir a migrantes que llegan a Panamá tras cruzar la inhóspita selva del Darién, días después de la salida del lugar de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF).
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Este año, hasta el 8 de marzo, unos 82.000 migrantes cruzaron desde Colombia la inhóspita selva, donde MSF denunció un aumento de las violaciones sexuales a los viajeros.
Esta denuncia llevó al gobierno de Panamá a suspender la acción humanitaria de MSF en el Darién y a afirmar que hay “organizaciones internacionales”, que no identificó, que incentivan estas riesgosas travesías al proporcionar a migrantes “mapas de cómo cruzar la selva”.
Además de tiendas y catres de campaña, la embajada de Estados Unidos en Panamá entregó al Servicio de Migración y a la policía fronteriza (SENAFRONT) de ese país sábanas y mallas mosquiteras, todo por un valor total de más de 500.000 dólares.
Washington ha donado 43 millones de dólares en los últimos tres años para asistir a migrantes en Panamá, destacó el ministro consejero de la embajada John Barrett al entregar la donación en una base de SENAFRONT en la ciudad de Metetí, en la provincia de Darién, unos 180 km al este de la capital panameña.
El diplomático lamentó los incidentes de la madrugada del 2 de marzo en San Vicente, cerca de Metetí, donde una discusión entre dos mujeres migrantes derivó en una riña y el incendio de un refugio y algunos vehículos.
“Es una gran pena, pero también nos reconoce que hay un reto grande, que hay una carga grande para las comunidades locales que están en el camino [...] donde vienen los migrantes”, dijo el diplomático a periodistas.
Esa madrugada unos 250 migrantes se enfrentaron con policías fronterizos. La riña terminó con 45 detenidos -38 venezolanos, seis colombianos y un ecuatoriano-, que están presos para ser juzgados por “delitos contra la seguridad colectiva” y “contra el patrimonio económico”.
“Preocupación”
La selva de Darién, frontera entre Colombia y Panamá de 266 km de longitud y 575.000 hectáreas de superficie, se ha convertido en un corredor para los migrantes que desde Sudamérica tratan de llegar a Estados Unidos, con un récord de más de 520.000 viajeros en 2023, según cifras oficiales panameñas.
En puestos fronterizos y albergues de la selva hay personal de varios organismos internacionales y oenegés, y la suspensión de actividades de MSF ha causado preocupación en algunos de ellos.
“Cuando sale una organización siempre hay una preocupación”, dijo a periodistas Margarita Sánchez, del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
“Médicos Sin Fronteras llevaba haciendo un trabajo desde 2021 [...], esperamos que en este momento especialmente con el incremento este año del flujo [...] se pueda poder suplir esa necesidad de salud”, agregó.
UNICEF entregó este lunes 11 de marzo una planta potabilizadora de agua en Lajas Blancas, aldea situada a unos 20 km de Metetí y que forma parte de la comarca indígena Emberá-Wounaan. En el lugar también hay un refugio para migrantes.
El 29 de febrero, MSF dijo que las bandas criminales que operan en la selva violaban a tres mujeres cada día en promedio en enero y que la cifra se elevó a 16 por día al mes siguiente.
Días después el gobierno panameño suspendió las actividades de MSF en el país y le acusó de ocultarle datos sobre las violaciones, sin divulgar cifras propias sobre estos delitos.
Un jefe de SENAFRONT destacó que en las aldeas de la selva hay fiscales para recibir denuncias de los migrantes.
“Todos los centros de acogida, [en] Bajo Chiquito y Canal Membrillo, cuentan con fiscalía del Ministerio Público, ellos son la autoridad competente para receptar este tipo de denuncias”, dijo el jefe de la brigada de SENAFRONT en el Darién, comisionado Edgar Pitti.