El nuevo intento para aprobar el transfuguismo en el Congreso: ¿esta vez lo lograrán?

Como cada cuatro años, o menos, al Congreso de la República volvió el debate sobre el transfuguismo, es decir, la posibilidad de cambiarse de partido sin recibir ningún tipo de sanción ni perder la curul en corporaciones públicas.

La W consultó a dos congresistas, uno a favor y otro en contra, a propósito del momento político en el que se abre la discusión y las posibilidades de que esta vez sí salga aprobada esa reforma constitucional, teniendo en cuenta que entra con el apoyo de al menos 150 legisladores de distintos partidos políticos.

La representante Marelen Castillo, una de las firmantes del proyecto de acto legislativo, aseguró que se trata de un asunto de coherencia política, donde en partidos de cierta ideología hay matices que no corresponden a esas visiones.

“Hoy se están reconfigurando las fuerzas políticas en Colombia y dentro de los partidos. Lo que estamos evidenciando hoy, tanto en partidos de Gobierno como independientes y opositores, es que no se está cumpliendo con los objetivos por los que llegaron a los partidos y se está generando una falta de coherencia”, explicó.

Para la congresista, quien fue fórmula vicepresidencial del excandidato presidencial Rodolfo Hernández, también defendió que es necesario fortalecer los partidos para que, de cara a las elecciones del 2026, los ciudadanos puedan encontrar afinidad ideológica en las colectividades por las que se inscriben los distintos candidatos.

Entre tanto, para Óscar Campo, de Cambio Radical, este proyecto, que califica de “fugaz”, no soluciona los problemas de los partidos, pues “no es un cambio estructural sino coyuntural, donde individualmente algunos intentan resolver una dificultad”.

“La calentura no está en las sábanas y los problemas que hay en los partidos tienen que ver con el relacionamiento con los distintos gobiernos, que ha dejado dificultades enormes a casi todos los partidos”, concluyó.

La iniciativa se empezará a discutir en las próximas semanas en la Comisión Primera de la Cámara y tendrá que surtir ocho debates.