Fiscalía de Barbosa buscó durante dos años una prueba contra Ramiro Bejarano

Los lectores de la columna del abogado y profesor universitario Ramiro Bejarano se sorprendieron este fin de semana cuando encontraron en la edición de El Espectador una denuncia firmada por él.

Bajo el título ‘La conjura en tiempos de Barbosa’, el jurista relató que, en su calidad de articulista, recibió de una fuente confidencial una serie de documentos que comprueban que durante dos años fue incesantemente investigado por la Fiscalía General de la Nación de Francisco Barbosa, quien hoy termina su período.

Asegura Bejarano que esos papeles demuestran que, entre octubre de 2020 y agosto de 2022, funcionarios de policía judicial, investigadores de campo y analistas, estuvieron averiguando por su vida y milagros, sin que él tuviera noticia de que lo estaban investigando.

Las fechas corresponden a la Fiscalía de Barbosa y a la segunda mitad del gobierno del presidente Iván Duque. Curiosamente, no hay evidencia de continuación de esas pesquisas después de agosto de 2022. Vale decir, después de la posesión del presidente Gustavo Petro.

En los documentos, algunos de los cuales el doctor Bejarano compartió conmigo pero que no serán publicados por respeto al secreto periodístico, hay una serie de reportes de investigación y análisis de contenidos.

Es un trabajo típico de analista de inteligencia que toma los datos y los ubica en una línea de tiempo para contrastarlo con diferentes fuentes: datos de informantes, pesquisas de investigadores judiciales, declaraciones ante fiscales o jueces y documentos.

La información ordenada cronológica y temáticamente en archivos de Excel muestra que se esforzaron mucho por encontrar algo, pero no lo hallaron. Escarbaron profundamente y no pudieron encontrar nada.

Una de las analistas que el doctor Ramiro Bejarano menciona con nombre propio en la columna, escribió su disertación de grado sobre un tema que –dadas estas circunstancias– resulta un poco inquietante: la tesis de la investigadora se llama “La inteligencia como elemento orientador en el proceso penal”.

Bejarano, que hace treinta años fue director del DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) y también tiene algo de sabueso, afirma en su columna que todos los caminos de estas persistentes pesquisas conducen a un solo nombre: Gabriel Ramón Jaimes.

Jaimes es el coordinador de fiscales delegados ante la Corte Suprema y fue quien hizo un papelón en la primera preclusión del expresidente Álvaro Uribe. Además, es el mismo autor de un mensaje de texto pidiéndole a los fiscales delegados ante la Corte que le consulten a él y al fiscal general Francisco Barbosa el sentido de sus fallos y –a esta hora– sigue siendo el más probable próximo vicefiscal.

Recuerden Barbosa se va hoy pero su vicefiscal, la cuestionada Martha Mancera, lo remplazará y Gabriel Ramón Jaimes, por jerarquía, podría ser el vicefiscal, a menos que la doctora Mancera nombre a otra persona.

Hace unos días Jaimes firmaba documentos bajo la triple condición de coordinador de fiscales delegados ante la Corte, vicefiscal general encargado y además en ejercicio de funciones de fiscal general de la Nación. Estamos hablando de un hombre muy poderoso.

Hoy termina el nefasto período de Francisco Barbosa en la Fiscalía, un tiempo caracterizado por su vanidad, el abuso de los recursos públicos, el uso de la investigación para facilitar la impunidad de sus jefes políticos y también para perseguir a sus contradictores.

El período que empieza con Martha Mancera quizás será peor.