En firme nombramiento de Armando Benedetti como embajador ante la FAO; Leyva lo firmó
Sindicatos de la Cancillería cuestionaron el nombramiento de Armando Benedetti, al advertir que no es funcionario de carrera ni ha hecho los estudios necesarios para ello.
El canciller Álvaro Leyva firmó el Decreto 0108 que oficializa la designación de Armando Benedetti como embajador de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, en inglés Food and Agriculture Organization).
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El decreto confirma que Bennedetti es nombrado en el cargo de embajador extraordinario y plenipotenciario “código 0036, grado 25, de la planta de personal del Despacho de los Jefes de Misiones Diplomáticas y Oficinas Consulares”, adscrito a la Misión Permanente de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Alimentación y la Agricultura, FAO, con sede en Roma, República Italiana.
El nombramiento ha causado varias reacciones de diferentes sectores, entre ellas las de la Unión de Funcionarios de Carrera Diplomática y Consular de Colombia (Unidiplo). A través de un comunicado, la organización aseguró que Armando Benedetti “no cumple con el total de requisitos formales para desempeñarse como embajador”.
Para este cargo, agrega la Unidiplo, se exige a aspirante “acreditar el dominio de un idioma de uso diplomático distinto al español o del país de destino, situación que en este caso no se cumple”.
Adicionalmente, señalaron que Benedetti “no pertenece a la carrera diplomática, no ha ingresado por concurso público, no ha pasado por el proceso jerarquizado basado en el mérito y no ha tenido que demostrar un proceso de continua especialización en cargos diplomáticos y consulares”.
Por otro lado, la Unión también cuestionó el trabajo de Armando Benedetti en la Embajada de Colombia en Venezuela al afirmar: “Durante su misión en Venezuela, el señor Benedetti no demostró contar con las capacidades suficientes para ejercer un cargo diplomático”.
En ese sentido, agregaron: “Durante el ejercicio de sus funciones, el ciudadano presuntamente incurrió en faltas de índole administrativa y disciplinaria, siendo una de ellas la ausencia injustificada de la sede diplomática.
Por lo tanto, Unidiplo consideró que “insistir en su designación genera un riesgo reputacional para Colombia a nivel internacional”.