Panorama esperanzador: Frailejones podrían salvarse en el Páramo de Berlín

Un grupo de expertos en ingeniería forestal de la Universidad Industrial de Santander (UIS) dieron un parte de tranquilidad sobre el estado de los frailejones que se quemaron en el devastador incendio que arrasó con cientos de hectáreas en el Páramo de Berlín, es posible que varios de ellos se puedan salvar.

Ante los micrófonos de La W, habló el biólogo y vicerrector de investigación y extensión de la UIS, Fernando Rondón, y señaló que, si bien no se puede retirar la etiqueta de desastre ambiental, hay una gran esperanza en la futura recuperación del Páramo de Berlín.

“Haciendo una analogía, esos frailejones son un paciente que están en una sala de cuidados intensivos, hay que darles tiempo para que puedan responder. Descubrimos esto por una visita técnica que coordinamos con diferentes entidades en Bucaramanga. Desde el viernes anterior, subimos a la zona afectada y empezamos a observar zonas amarillentas y verdes en las partes terminales de los frailejones. Algunos de los expertos revisaron que el tejido que permite el crecimiento de las plantas está protegido por las hojas que se quemaron y eso nos da esperanza”.

Rondón, dice que en las fotografías que lograron tomar se pueden evidenciar los tallos negros, pero no totalmente calcinados. Las hojas de la parte externa que atrapan el agua y se encargan de llevar al páramo, fueron las que protegieron los cogollos que se encuentran al interior de la planta.

“Estas son respuestas fisiológicas que iremos revisando y analizando mientras pasa el tiempo. Hay que hacer varias evaluaciones. Debemos evaluar en términos numéricos y en porcentajes cuantos frailejones pueden responder a la supervivencia de esta contingencia que ocurrió. Tenemos que ver también cómo será la recarga del agua. El día que llegamos al lugar, la noche anterior había llovido, esperamos un impacto positivo del ambiente”.

Finalmente, el vicerrector Rondón dijo que la intensidad de las lluvias ha sido baja comparándola con años anteriores, pero que a medida que llueva y los materiales incinerados se remuevan los mecanismos fisiológicos empezarán a responder.