Este fin de semana, la Unidad Investigativa del diario El Tiempo reveló que, cuatro meses antes de convertirse en presidente de <a href="https://www.wradio.com.co/2023/07/26/asi-se-hizo-el-millonario-robo-a-ecopetrol-que-denuncio-el-presidente-petro/" target="_blank"><b>Ecopetrol </b></a>–cuando ya su nombre sonaba para el cargo–, <b>Ricardo Roa le compró un lujoso apartamento en Bogotá</b> a una compañía del ítalo- venezolano <b>Serafino Iacono</b>, un conocido empresario del sector del petróleo y el gas.De acuerdo con la escritura, publicada por la Unidad Investigativa y que ustedes pueden ver a continuación, los firmantes de la transacción son Ricardo Roa Barragán, hoy presidente de Ecopetrol, y<b> Laureano Jan Siegmund Valenilla</b>, en representación de la empresa <b>Princeton International Holdings</b>.Esta compañía, <b>Princeton International Holdings</b>, fue fundada en las <b>Islas Vírgenes Británicas</b>, uno de los mayores paraísos fiscales del mundo. Allí, las compañías funcionan con acciones al portador y el secretismo opera maravillosamente para ocultar la identidad de los dueños del capital.No obstante, para operar en Colombia, deben registrar una filial que está inscrita en la Cámara de Comercio de Bogotá. En ese registro mercantil figura claramente que el <b>primer representante legal de Princenton International Holdings es Serafino Iacono</b>. La segunda representante legal es su esposa, <b>María Paola Mejía </b>y el tercero es el abogado <b>Laureano Jan Siegmund Valenilla</b>, quien firmó la escritura con Roa.Una simple búsqueda de internet muestra que Laureano Jan Siegmund está vinculado a empresas con <b>operación en Luxemburgo, Holanda, España, Venezuela y Panamá</b>. En este último país aparece dirigiendo una compañía llamada <b>Major International Inc</b>. con <b>Ronald Pantin</b>, antiguo directivo de Pacific Rubiales en donde trabajo de la mano de Serafino Iacono.El precio del apartamento, ubicado en el noveno piso de un<b> edificio en la costosísima calle 92 de Bogotá</b>, es también llamativo. Cuenta el diario El Tiempo que: “Tiene cerca de 300 metros cuadrados –incluidos tres terrazas, balcones, cuatro habitaciones con vestier y baños privados y seis garajes– por los que, según papeles, <b>se pagaron 1.800 millones de pesos</b>”.La transacción fue en diciembre del año pasado y el <b>precio es una ganga total</b>.El Reporte Coronell tiene los <b>papeles de venta de otra propiedad en ese mismo edificio</b>. La transacción ocurrió un año antes y se trata de un apartamento de menos de la mitad del área del que compró el doctor Roa. No tiene 300 metros, sino apenas 135. No tiene 6 garajes, solo 2. No tiene 3 terrazas, solo 1 balcón. No está en el noveno piso, como el de Roa, sino en unos cuantos abajo. Ese apartamento, con avalúo catastral de 780 millones de pesos, fue <b>vendido por 1.200 millones de pesos</b>.¿Cómo es posible que un apartamento con más del doble de área y en un piso mejor se venda por 1.800 millones de pesos?Llamé al doctor Roa y le mandé mensajes de texto y de WhatsApp durante el fin de semana, pero <b>no me correspondió las llamadas</b>.Según le dijo a la Unidad Investigativa, vino a enterarse de la relación de Serafino Iacono con su apartamento por el periódico.En las declaraciones, cuenta que <b>tiene otros seis apartamentos</b>. En realidad, son <b>siete y una finca</b>, como ustedes pueden verlo aquí. Gran fortuna:Ahora vive en ese apartamento de la calle 92, pero antes <b>habitaba otro, en la calle 112</b>, también de su propiedad.En ese apartamento vive hoy el señor <b>Manuel Grau Pujadas, un polémico empresario catalán</b>, a quien sus amigos llaman Manel. Es cercano al presidente Gustavo Petro y a la primera dama Verónica Alcocer. Manel fue nacionalizado presurosamente como colombiano y nombrado en la junta de la Central de Inversiones Cisa, que <b>se encarga de comercializar inmuebles del Estado</b>: una finca decomisada aquí, una clínica allá, una finca más acá.Manel, a través de una empresa, es accionista de otra compañía que recibió un<b> contrato por 251.000 millones de pesos en Medellín</b>, durante la Alcaldía de Daniel Quintero.Otro hombre con suerte, como el hoy presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, que <b>compró a precio de ganga su apartamentazo </b>a una compañía del empresario de los hidrocarburos Serafino Iacono.El 20 de abril de este año, cuatro días antes de posesionarse como presidente de Ecopetrol, pero cuando ya todo el mundo sabía que él era el señalado, otra compañía de Iacono, NG Energy International Corporation,<b> firmó con Hocol –filial de Ecopetrol– un acuerdo de confidencialidad </b>para evaluar un negocio de gas en Sinú 9, en Pueblo Nuevo, Córdoba.El doctor Ricardo Roa comparte su vida con un <b>joven de 32 años llamado Carlos Julián Caicedo Cano</b>. Eso no tendría que importarnos si no es porque el joven se ha <b>beneficiado de contratos</b> con instituciones públicas como Invías y, otra vez, con entidades dependientes de la Alcaldía de Medellín.Por esa razón, hace una semana, la procuradora primera distrital de instrucción de Bogotá, Helga Díaz Acosta, le<b> abrió una investigación disciplinaria </b>al afortunado joven que podrán ver a continuación:La racha de buena suerte del joven Carlos Julián Caicedo Cano empezó cuando trabajaba en una<b> posición modesta en Genser Power</b>, una empresa que le brinda energía para su funcionamiento a Pacific Rubiales.