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Hubo poca voluntad de izquierda para hacer acuerdos: exconsejera constitucional de Chile

Gloria Hutt, presidenta de Evópoli, partido de derecha que respaldó el proceso constitucional liderado por José Antonio Kast, habló sobre el fallido intento de cambiar la Constitución chilena.

Hubo poca voluntad de izquierda para hacer acuerdos: exconsejera constitucional de Chile

Por segunda vez en apenas 15 meses, lo que representa un hito en Latinoamérica, Chile rechazó una nueva Constitución. Esta decisión significa que, al menos hasta el final del mandato del presidente Gabriel Boric en 2026, el país sudamericano continuará regido por la Constitución legada por Augusto Pinochet, la cual ha experimentado 70 modificaciones a lo largo del tiempo.

En diálogo con La W, Gloria Hutt, presidenta de Evópoli, partido de derecha que respaldó el proceso constitucional liderado por José Antonio Kast, y exconsejera constitucional, habló sobre el resultado del plebiscito de ayer domingo 17 de diciembre.

“La Constitución actual lleva acompañándonos mucho tiempo, tuvo una modificación más sustantiva en 2005 y es el marco con el que el país ha crecido y ha funcionado”, explicó Hutt.

La presidenta de Evópoli compartió dos interpretaciones frente al ‘no’ sobre el rechazo a la nueva Constitución. La primera es que “las propuestas de este intento tienen contenidos muy distintos respecto al año anterior, tal vez las personas sintieron que había un grado de cambio muy grande que genera más incertidumbre”. Sin embargo, la segunda interpretación, que Hutt considera la más adecuada, apunta a “un voto de castigo al sistema político, que ha fallado en abordar las demandas básicas de seguridad, pensiones y educación a lo largo de los años.”

“A pesar de haber incluido en las propuestas soluciones para esos problemas, hay un descrédito de la clase política que hace que las personas desconfíen”, afirmó la exconsejera constitucional, argumentando que “hay una tarea inmediata que es tomar acuerdos, resolver esos problemas, recuperar la confianza ciudadana y después hacer modificaciones a la Constitución actual”.

A raíz de masivas protestas en 2019, Chile inició un proceso constitucional que concluyó el pasado domingo. Hutt aclaró que este segundo rechazo no representa un retroceso a la situación de hace cuatro años, ya que el proceso se gestó incluso durante el gobierno de Michelle Bachelet en 2017.

Si bien la presidenta de Evópoli, partido de derecha que apoyó la propuesta a una nueva carta magna, considera que no es necesario un cambio de Constitución para mejorar la seguridad, la salud y el tema de las pensiones, sí cree que “es necesario un cambio constitucional para incorporar temas nuevos”, como el narcotráfico, la corrupción, el terrorismo, la protección al medio ambiente, los derechos de mujeres, la igualdad de género”.

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José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, protagonizó este segundo proceso, al punto de que se le denominó como la “Kastitución”. Hutt reconoció en la entrevista que el Partido Republicano “tiene un grado de responsabilidad” en el fracaso del intento de cambio constitucional debido a su presidencia en la mesa y su mayoría de consejeros.

“El Partido Republicano tiene una responsabilidad porque tenían la presidencia de la mesa y porque tenían 22 de 50 consejeros. Cuando partió el proceso y los consejeros tuvimos que analizar el borrador que vino de la Comisión de Expertos e introducir modificaciones, el Partido Republicano sí marcó muchos elementos identitarios de ellos; sin embargo, a lo largo del proceso esos elementos identitarios se fueron modificando y mitigando, y terminó siendo un texto bastante transversal. Fui de las votantes más activas justamente para eliminar esas cargas identitarias”, enfatizó Hutt.

Uno de los problemas más grandes que enfrentó la derecha en este proceso, según Hutt, es la falta de tiempo para comunicar las modificaciones de la fallida nueva carta magna.

“Toma tiempo para que las personas absorban esta información y puedan procesarla antes de que” decidan si apoyar o no la propuesta. “Tuvimos una campaña de poco más de un mes de un contenido muy complejo, eso no da el tiempo para que las personas hagan el seguimiento y pudieran darse cuenta de esos cambios. Tal vez lo que quedó, porque fue muy mediático, fueron esos elementos identitarios iniciales”. A pesar de que hubo cambios a esos elementos identitarios, “los ciudadanos en general no hacen esos seguimientos al menos que la prensa lo discuta mucho”, porque “están lejos de su cotidianidad. Quedó esa marca como la huella (del proceso) por lo mediático que fue al inicio, pero ellos (el Partido Republicano) han podido evitar esa carga. Tengo que decir que la izquierda también puso sus cargas identitarias que también se fueron mitigando”.

Así como en Colombia, a los ciudadanos en Chile les preocupa la seguridad, las pensiones y la salud. “Tal vez hubiese sido más prudente, en vez de un cambio constitucional, hacer ajustes en esos temas. Debemos aprender los ritmos en los cuales las personas absorben estas cosas”.

Hutt destacó el “buen tono de trabajo” durante los meses de debate dentro del Consejo Constitucional para llegar a acuerdos. “A diferencia del año pasado, este consejo fue de menor tamaño, tuvo la mitad de integrantes, y la forma de trabajar fue muy solemne, muy republicana en el sentido de que era serio, muy riguroso todo, se cumplieron todos los plazos, todos fueron hacer el trabajo que necesitábamos hacer”.

Sin embargo, la exconsejera constitucional dijo que hubo dos situaciones de la izquierda que sembraron “dudas del real espíritu para llegar a acuerdos”. La primera fue cuando la derecha y la izquierda presentaron textos “que eran iguales”, entonces, “nosotros (la derecha) proponíamos hacer algo que se llama ‘unidad de propósito’; es decir, presentar uno en conjunto. La izquierda nunca quiso, siempre quiso mantener esta separación, que era irrelevante cuando los textos eran iguales, pero quedó ahí la huella de que no había acuerdo cuando sí lo había. La segunda situación fue en la segunda etapa. Produjimos un texto que volvió a la Comisión Experta, la cual podía hacer modificaciones. En esa etapa, en especial Chile Vamos, que es el resto de la derecha sin incluir el Partido Republicano, propusimos hacer modificaciones que acogieran planteamientos de la izquierda. Lo sometimos a votación, teníamos los votos para poder aprobarlos, pero ellos votaron todo en contra. Eso fue una señal de poca voluntad para hacer acuerdos. Yo me quedo con la duda de cuánto de voluntad hubo, particularmente en algún sector de la izquierda”.

Por último, Hutt manifestó que “ni el Gobierno ni la oposición ganaron ni perdieron. Esto era un juicio al texto que se propuso. La alternativa es quedarnos con la Constitución” de Pinochet. “El propio Gobierno evitó involucrarse, a diferencia del año pasado que se involucró mucho. Sería una mala lectura pensar que los votos mayoritarios en contra son votos de izquierda, también hay votos de derecha más radical que estaban en contra porque querían mantener la Constitución actual. Las lecturas no son tan simples, no son izquierda o derecha, aquí hay otras lecturas que tienen que ver con el sistema político”, finalizó.

Hubo poca voluntad de izquierda para hacer acuerdos: exconsejera constitucional de Chile