Despidos y malos tratos: denuncias de funcionarios de la Embajada de Colombia en Venezuela
La denuncia ya está en manos de control interno disciplinario de la Cancillería.
La llegada de Milton Rengifo no ha dejado muy felices a gran parte de los trabajadores de la Embajada de Colombia en Venezuela, todo por cuenta de algunos despidos de personas que incluso llevaban más de 30 años en la embajada.
W Radio conoció una carta que se envió a la Cancillería firmada por Manuel Torres, quien asegura que fue despedido sin ningún motivo después de servir a más de 19 embajadores, incluso fue el único funcionario que permaneció en territorio venezolano cuando se rompieron las relaciones diplomáticas y cuido de los bienes colombianos durante tres años.
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Torres asegura en la carta que ya está en control disciplinario, que el embajador Milton Rengifo prácticamente delegó a sus escoltas el manejo administrativo de la residencia. Si bien es cierto, lo puede hacer, lo grave es que ha habido malos tratos al personal por parte de los escoltas venezolanos que han terminado en la salida de cuatro funcionarios.
“El recién posesionado embajador Milton Rengifo prácticamente delegó a su escolta venezolano Pedro José García Niño el manejo administrativo de la residencia, motivando mi despido de esta sin yo haber cometido falta alguna. Ahora, si bien es cierto el embajador tomar este tipo de decisiones, me parece muy delicado que el control de la residencia esté en manos de un ciudadano venezolano, quien además porta armas y perteneció a la casa militar del gobierno de Venezuela”, dice la carta.
Y agrega, “de igual forma, el embajador Rengifo contrató también los servicios de un segundo escolta venezolano llamado Adolfo Fernández, quien hizo parte de la seguridad de Cilia Flores, esposa del presidente de la República de Venezuela. Quise informar de esta situación a la Cancillería de mi país porque éste manejó en los más de 30 años de servicio a la Embajada de Colombia. Nunca se había visto algo semejante”.
También, llama la atención que estos escoltas son pagos por la Cancillería desde Colombia, cuando según lo establecido, el país receptor debe pagar la seguridad y dos escoltas venezolanos que tiene el embajador son pagados con dineros a través de empresas de tercerización.
Por su parte, el embajador Milton Rengifo respondió lo siguiente a los señalamientos en la carta.
“1. El embajador no puede ni tiene la facultad de despedir funcionarios de carrera o de planta.
2. A mi llegada a Caracas encontré un grupo de contratistas asignado a la Misión, el cual se decidió reemplazar por contratistas de mi absoluta confianza. Para ello, sí cuento con la autonomía y autoridad requerida. Como sabrá, este trabajo, por su delicadeza y alcance, requiere de la mayor discreción y seguridad y el grupo anterior no me la otorgaba.
3. La empresa que tuvo a cargo la contratación de los trabajadores anteriores no tiene registro ni reporte de ningún tipo de maltrato”.