En Colombia, cuando una persona firma un contrato de arrendamiento y realiza el pago mensual correspondiente, se establece una relación que le otorga ciertos derechos.

Estos derechos, que son garantías para el arrendatario, están vinculados con la posibilidad de disfrutar plenamente del inmueble arrendado. Esto implica que el inmueble debe estar en condiciones adecuadas de seguridad, limpieza y estructura.

Según la página web del MinJusticia, las reparaciones necesarias para mantener el inmueble en buenas condiciones y garantizar su uso, como podría ser la reparación de filtraciones en las tuberías internas, son responsabilidad del arrendador.

Reparaciones en el inmueble arrendado

Según Metro Cuadrado, el Artículo 1993 del Código Civil, en conjunto con la ley de arrendamientos actual, permite al arrendatario hacer descuentos por reparaciones esenciales no locativas. Sin embargo, estos descuentos no pueden superar el 30% del valor del alquiler mensual.

Si el costo de las reparaciones excede este límite, el arrendatario puede hacer descuentos periódicos de hasta el 30% del alquiler hasta cubrir el costo total. Además, se puede acordar con el arrendador que las reparaciones y el mantenimiento se realicen a cambio del valor del alquiler.

Por otro lado, las reparaciones locativas, que se deben realizar al devolver el inmueble arrendado para asegurar que se encuentra en el mismo estado en que se recibió, son una excepción a esta regla.

Es importante señalar que, aunque la ley establece directrices específicas en este aspecto, también permite a las partes del contrato modificar las responsabilidades relacionadas con el mantenimiento del inmueble. Por lo tanto, el blog legal Gerencie recomienda revisar cada contrato de arrendamiento individualmente para entender claramente la distribución de responsabilidades.

¿Cuáles son las reparaciones locativas que deben realizar los inquilinos?

De acuerdo al artículo 1998 del Código Civil, “el arrendatario es obligado a las reparaciones locativas. Se entienden por reparaciones locativas, las que según la costumbre del país son de cargo de los arrendatarios, y en general las de aquellas especies de deterioro que ordinariamente se producen por culpa del arrendatario o de sus dependientes, como descalabros de paredes o cercas, albañales y acequias, rotura de cristales, etc.”.

En ese sentido, según la inmobiliaria Metro Cuadrado, si las causas de deterioro de la pintura e inmueble en general provienen de algún daño, que se pueda catalogar como “culpa” del arrendatario, es este quien debe hacer las reparaciones necesarias para mantenerlo en las mismas condiciones en las que este le fue entregado por el arrendador.

Al respecto, el Código Civil aclara que “el arrendatario es responsable no solo de su propia culpa, sino de las de su familia, huéspedes y dependientes”.

Según el portal legal Actualícese, las reparaciones menores, como manchas en la pintura, vidrios rotos, puertas o chapas dañadas, accesorios de cocina y baños, entre otros, se consideran reparaciones locativas.

En relación con este caso, como se mencionó anteriormente, el costo de estas mejoras debe ser asumido por el arrendatario. Por lo tanto, no procede ningún descuento.