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Ocho niños de una misma familia murieron en un bombardeo en Gaza

La población paga un alto precio en la guerra desencadenada el 7 de octubre tras el ataque terrorista sin precedentes del movimiento islamista palestino Hamás en suelo israelí.

Franja de Gaza. Foto: EFE/EPA/MOHAMMED SABER / MOHAMMED SABER

Los pequeños cuerpos están alineados en el suelo de la morgue de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, todos de la misma familia, que perdió a diez miembros, ocho de ellos menores, en un bombardeo israelí en el enclave palestino.

Todos pertenecen al clan familiar Al Bakri, según los rescatistas y testigos. En el hospital europeo, los restos de los niños fueron envueltos en telas blancas, a punto de recubrir sus rostros ensangrentados, constató un fotógrafo de AFP.

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La población paga un alto precio en la guerra desencadenada el 7 de octubre tras el ataque terrorista sin precedentes del movimiento islamista palestino Hamás en suelo israelí.

Más de 1.400 personas murieron en Israel, en su mayoría civiles, a manos de los comandos de Hamás. En la Franja de Gaza, al menos 3.785 personas, entre ellas más de 1.500 menores, fallecieron por los bombardeos israelíes.

El ejército israelí dijo el jueves que había efectuado cientos de bombardeos contra estructuras de Hamás en las últimas 24 horas.

En el sur del enclave, Diyala, Ayman, Hamada, Zaher, Uday, Jamal, Nabil y Acil, de entre dos y cinco años, todos de un mismo clan familiar, “dormían cuando (los israelíes) destruyeron su casa y se derrumbó encima suyo”, explica el patriarca de la familia Bakri, Abu Mohammad Wafi Al Bakri, de 67 años.

Según testigos, se encontraban en la planta baja de una vivienda de tres pisos, entre Jan Yunís y Rafah, en el sur del enclave, y sus cuerpos fueron hallados una hora después del bombardeo.

Ninguno de mis hijos está relacionado con organizaciones palestinas. No había hombres en la casa en el momento del bombardeo”, añade.

En Rafah, otro bombardeo costó la vida a una madre, Arij Marwan al Banna, y a sus dos hijas, Sarah y Samya, de menos de 10 años, según fuentes médicas palestinas. La mujer había huido de su hogar en la ciudad de Gaza, tras el aviso de evacuación del ejército israelí, para refugiarse en casa de sus padres, en Rafah.

Estaba embarazada de siete meses. Los médicos del hospital de la ciudad le indujeron un parto postmortem pero el bebé ya nació sin vida, según una fuente médica.

Sin medicinas, ni agua ni electricidad

El personal médico de Gaza asegura que ya no puede curar a los heridos, por falta de medicinas, agua y carburante para los generadores.

El ministerio de Salud de Hamás, que gobierna en Gaza, afirmó el jueves que el hospital de Deir-al-Balah, en el centro del enclave palestino donde viven más de dos millones de personas, se estaba quedando sin material médico.

Una parte de la Franja está bajo asedio total por parte de Israel, que ha cortado el suministro de electricidad, agua y carburantes.

En la ciudad de Gaza, Ahmad al Mulla lleva dos botellas de plástico. Explica que su madre lo envió a un punto de distribución de agua: “A veces, esperamos nuestro turno durante dos horas para ver al final que no hay más agua”.

El agua es la vida, ningún ser humano puede sobrevivir sin” ella, cuenta este adolescente.