¿Qué sigue tras la visita del papa Francisco a Marsella, Francia?
El arzobispo de Marsella, cardenal Jean Marc Avelline, habló con W Radio acerca de lo que sigue tras el encuentro del papa Francisco con el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
El cardenal Jean Marc Avelline, arzobispo de Marsella (Francia), habló con W Radio sobre la visita del papa Francisco a esta ciudad y su discurso contra la indiferencia ante la crisis migratoria.
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El arzobispo aseguró que esta visita representa “una gran alegría para Marsella, para mí y, por supuesto, para todos los marselleses”.
Además, sobre el mensaje del sumo pontífice, el cardenal Avelline aseguró: “El papa ha comprendido que (Marsella) es más que una ciudad, es un mensaje para el mundo. Yo estoy contento de que él haya venido a comunicarlo aquí a través de todo lo que constituye esta ciudad, es un enorme estímulo”.
Finalmente, sobre qué sigue y cuál es el próximo paso tras esta importante visita del papa Francisco, el cardenal Avelline aseguró: “La próxima etapa es que vamos a poder constituir una Conferencia Eclesial del Mediterráneo. Nos vamos a inspirar un poco en la de la Amazonía, iremos poco a poco”.
El mensaje del papa Francisco
- Por: Agencia EFE
Ante el monumento dedicado a los marineros y migrantes muertos en el mar frente la basílica de Notre Dame de la Garde (Nuestra Señora de la Guardia), el papa cargó contra la indiferencia ante la crisis migratoria.
“No podemos resignarnos a ver seres humanos tratados como mercancía de cambio, aprisionados y torturados de manera atroz”, dijo el papa, que añadió que “cuando los rechazamos” vuelven a ser torturados, en su mensaje recordando, aunque sin citar, los campos en Libia.
Y agregó: “No podemos seguir presenciando los dramas de los naufragios, provocados por contrabandos repugnantes y por el fanatismo de la indiferencia” y agregó que “la indiferencia ensangrienta el Mediterráneo”.
“Deben ser socorridas las personas que, al ser abandonadas sobre las olas, corren el riesgo de ahogarse. Es un deber de humanidad, es un deber de civilización”, dijo Francisco después de que el gobierno ultraderechista de Italia liderado por Giorgia Meloni ha puesto numerosas trabas a las ONG para que puedan rescatar migrantes en el Mediterráneo.
Ante este monumento, Francisco pidió no acostumbrarse “a considerar los naufragios como noticias y a los muertos como cifras; no, son nombres y apellidos, son rostros e historias, son vidas rotas y sueños destrozados”.
“Pienso en los numerosos hermanos y hermanas ahogados en el miedo, junto con las esperanzas que llevaban en el corazón. Frente a semejante drama no sirven las palabras, sino los hechos. Pero antes, hace falta humanidad: silencio, llanto, compasión y oración”, agregó.
El papa ha llegado hasta Marsella para participar en la III edición de los “Encuentros del Mediterráneo”, una reunión en la que 60 obispos y jóvenes de varios países han debatido sobre varias cuestiones de la región.
“Demasiadas personas, huyendo de los conflictos, la pobreza y las catástrofes naturales, encuentran entre las olas del Mediterráneo el rechazo definitivo a su búsqueda de un futuro mejor. Y así este espléndido mar se ha convertido en un enorme cementerio, donde muchos hermanos y hermanas se ven privados incluso del derecho de tener una sepultura”, destacó.
Para después volver a remarcar que “la única a ser sepultada es la dignidad humana”.
Desde principios de 2023, unas 1.300 personas han muerto o han desaparecido intentando llegar a Europa, la cifra más alta de los últimos seis años, según las cifras de la Organización Mundial para las Migraciones (OIM), y cerca de 26.000 en los últimos 10 años.
Ante los representantes de otras religiones, el papa afirmó que los creyentes “deben ser ejemplares en la acogida recíproca y fraterna”.
El papa también citó al fallecido presidente del Parlamento, el italiano David Sassoli, en los Encuentros del Mediterráneo celebrados en Bari para lanzar un mensaje a Europa: “¡Ya basta de tener miedo a los problemas que nos plantea el Mediterráneo! [...] Para la Unión Europea y para todos nosotros, nuestra supervivencia depende de ello”.
“Hermanos, hermanas, afrontemos unidos los problemas, no hagamos naufragar la esperanza, ¡formemos juntos un mosaico de paz!”, concluyó Francisco su discurso.