Mayor activo de la Aviación del Ejército fue acusado por falsos positivos
El sargento (r) Wilson Burgos, aseguró que el mayor Edgar Jiménez Bautista, cuando se desempeñó como teniente en el Batallón Ramón Nonato Pérez, participó entregando información que señaló falsamente a las víctimas.
En el marco de su reconocimiento por falsos positivos ante las víctimas y la magistratura de la JEP, el sargento (r) Wilson Burgos, adscrito en el pasado al Batallón Ramón Nonato Pérez, aceptó su responsabilidad en la consecución de víctimas para ser asesinadas por sus compañeros y de hecho admitió que frecuentemente las buscaba en discotecas y antros.
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Así refirió lo ocurrido frente a dos jóvenes a los que invitó a beber para ganar su confianza y luego los secuestraron en una camioneta del Ejército.
“Me les acerco y les ofrezco cerveza, tomamos y tomamos trago, me pidieron marihuana yo les dije yo no consumo, pero yo se los regalo, vi unas personas vulnerables. Le dije a los dos: vamos a seguir la fiesta en otro lado, ellos accedieron que sí, salieron muy tranquilos del establecimiento, los subí en la camioneta, dentro de la camioneta estaban los soldados. Después de que suben a la camioneta ya no los dejo salir”, relató ante la magistratura.
De hecho, relató que los documentos y pertenencias de las víctimas fueron quemadas dentro de la operación criminal.
Pero además realizó una grave acusación en contra de un mayor de Aviación del Ejército, frente a quien aseguró que sigue activo en la institución, el mayor Edgar Jiménez Bautista. Según Burgos el hoy mayor sigue activo a pesar de que aportó información falsa que derivó en el homicidio de una persona, y “participó en dos hechos”.
“Hoy el teniente, que ya no es teniente, es mayor y con esos méritos es mayor de Aviación Ejército, todavía activo, participó en dos hechos, Jiménez Bautista Edgar”, sostuvo Burgos ante los magistrados.
Para el sargento Burgos, el hoy mayor Jiménez Bautista daba esas informaciones con el fin de “seguir escalando” en su carrera militar y fue quien particularmente afirmó que el señor José Arcadio Rodríguez era un informante de las Farc, al que tiempo después mataron.
Asimismo, sentenció que en el caso de una de las víctimas a la que le habían sacado los ojos, dicha situación no ocurrió por algún tipo de tortura, sino que fue el resultado de uno de los impactos de bala que le dieron.