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“No se quedó con nada, lo entregó todo”: Ana María Escallón sobre donaciones de Botero

Sigue La W habló con Ana María Escallón, quien participó en la curaduría de una de las mayores donaciones que hizo el maestro Fernando Botero en Colombia

Pintor colombiano Fernando Botero. Foto: RAUL ARBOLEDA/AFP via Getty Images / RAUL ARBOLEDA

Sigue La W habló con Ana María Escallón, autora de ‘Botero: nuevas obras sobre lienzo’, y quien, además, participó en la curaduría de una de las mayores donaciones que hizo el pintor, escultor y dibujante Fernando Botero Angulo, quien murió en su casa en el principado de Mónaco a los 91 años este 15 de septiembre, según lo confirmó Julio Sánchez Cristo, director de W Radio.

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Fernando Botero se destacó por haber donado una amplia colección pictórica, que pasó a ser parte del patrimonio de la nación, incluyendo obras de los artistas más reconocidos en la historia del arte. En total fueron 123 obras de su autoría y 87 de artistas internacionales, que pasaron a formar parte del Museo Botero, en la ciudad de Bogotá.

Fernando Botero era autosuficiente, la donación que hizo la pensamos por años junto a él y Sophia Vari. Duramos cinco años intentado que nos la recibieran en Medellín, por eso me vine a Bogotá y hablé con Miguel Urrutia (gerente en aquel momento del Banco de la República), así quedó acá su colección personal y lo que él quería que tuviera pertenencia con Colombia”.

Más tarde hicimos una donación para Antioquia, pero ya no era lo mismo que habíamos soñado para Medellín. Habíamos hablado con el arquitecto chino Leoh Ming Pei, que hizo la pirámide del Museo de Louvre, queríamos algo así para Medellín, pero no se pudo”, contó Escallón.

“Todos sus cuadros estaban en una bodega de un banco, los cuadros que estaba en todas sus casas, en Nueva York, Italia Francia; todo lo entregó, no se quedó con nada. Quería darle a Colombia una mirada internacional del arte. Hay Picasso, arte latinoamericano, Matisse, todo lo internacional del Siglo 19 y 20″, explicó Ana María Escallón.

“A él no le gustaba su obra de juventud. Él fue cambiando poco a poco, y le interesó fue la pintura-lista, alisando la pintura y el color. El donó para el Museo Nacional toda su serie sobre la Violencia en Colombia. Los cuadros de la Violencia y de Abu Ghraib nunca los quiso vender”.

“La búsqueda del espacio en la pintura es su gran logro, para lograr los gordos, que no son gordos sino espacio, espacio pictórico y escultórico, para llegar a un lenguaje verdaderamente personal”.

“En su estudio en Nueva York lo vi trabajando una vez. Me contó que en París fue descubriendo una forma más practica para pintar, que eran como unas poleas que subían y bajaban el cuadro, para permanecer de pie sin esfuerzo”, explicó Escallón.

Él trabajaba como un banquero: de ocho de la mañana a una de la tarde, y de 2:30-3:00 hasta las ocho de la noche. Él se ganaba su trabajo con las dos manos”, sentenció Ana María Escallón.

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