Miles de israelíes protestan contra reforma judicial y apoyan Corte Suprema en Jerusalén
En su punto de encuentro delante la corte, alzaron un gran cartel que rezaba: “El Tribunal es Supremo”, en defensa de este organismo que ahora consideran que está siendo atacado por el Ejecutivo.
Miles de personas protestaron esta tarde en Jerusalén y otros puntos de Israel contra la reforma judicial del Gobierno de Benjamin Netanyahu, antes de una audiencia clave mañana en que el Tribunal Supremo analizará varios recursos contra una ley aprobada en julio que empezó a debilitar el poder de la Justicia.
Como ya es habitual en las intensas manifestaciones contra la reforma, las más multitudinarias de la historia de Israel y que se suceden desde inicios de año, los congregados enarbolaron banderas israelíes y en esta ocasión comenzaron su marcha ante la sede la Corte Suprema en Jerusalén para después dirigirse a protestar ante el domicilio privado de Netanyahu, a pocos kilómetros de distancia.
En su punto de encuentro delante la corte, alzaron un gran cartel que rezaba: "El Tribunal es Supremo", en defensa de este organismo que ahora consideran que está siendo atacado por el Ejecutivo.
Israel vive su año político más turbulento en mucho tiempo por el plan de reforma que impulsa la coalición de Gobierno derechista y ultraderechista de Netanyahu, que asumió el poder a fines 2022.
Según críticos, la reforma acabará con la separación de poderes, quitará poderes al Supremo y debilitará atribuciones de la Justicia, lo que supone un golpe a la base democrática formal de Israel que haría derivar el país hacia una sistema de corte autoritario.
Ante todo, mañana martes, por primera vez en la historia, la Corte Suprema prevé reunir a sus 15 jueces para una audiencia que abordará las apelaciones contra la primera ley de relevancia que integra la reforma judicial y que se aprobó el pasado julio.
Esta legislación -validada en el Parlamento ante fuertes protestas y condenas de la oposición-, anuló la cláusula de razonabilidad, que quita el poder del Supremo para revisar y revocar decisiones del Gobierno en caso de no consideradas razonables.
La norma, aprobada con una enmienda a una de las leyes básicas de Israel, es uno de los pilares de la reforma, que busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia.
El Supremo no intercedió nunca en la historia de Israel ante una enmienda de las leyes básicas, con rango constitucional.
Ante ello se presenta un escenario de complejidad e incertidumbre: si la Corte emite un fallo contra la ley, esto podría derivar en un choque de legitimidades entre poder judicial y Ejecutivo, llevando al país a una crisis constitucional sin precedentes.
No se sabe todavía cuando el Supremo emitirá un veredicto al respecto, pero es poco probable que sea mañana mismo.
Tampoco queda claro si el Gobierno respetaría o no una posible decisión de tumbar la legislación por parte del Supremo.
Ante todo, Netanyahu dijo hoy que busca “agotar todas las posibilidades” para alcanzar un acuerdo de compromiso de última hora con partes de la oposición sobre la reforma judicial, algo que no se logró en los últimos meses pese a negociaciones con la mediación del presidente israelí, Isaac Herzog.
El líder de la oposición, Yair Lapid, reaccionó a su declaración asegurando que esta es solo “un intento de perturbar la audiencia” de mañana en el Supremo, y remarcó que los partidos opositores “no echarán una mano a tales tentativos fraudulentos” de Netanyahu.