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Hacker confiesa que expresidente Bolsonaro le sugirió manipular las urnas de votación

Walter Delgatti dijo que el exmandatario le sugirió crear una urna electrónica falsa, que sería usada en una propaganda y en la que un elector marcaría su voto por un candidato y sería registrado en favor de otro, lo cual sería la “prueba” de que el sistema era fraudulento.

Jair Bolsonaro. Foto: Getty Images

Un hacker que trabajó para una diputada de ultraderecha confesó este jueves que el expresidente brasileño Jair Bolsonaro (2019-2022) le sugirió invadir las redes de la Justicia electoral a fin de demostrar la supuesta fragilidad del sistema de votación de cara a los comicios del año pasado.

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El experto en informática Walter Delgatti dijo ante una comisión parlamentaria que investiga la asonada del pasado 8 de enero que el exmandatario ultraderechista incluso le prometió “un indulto” en caso de que fuese descubierto y detenido por esas operaciones ilegales, enmarcadas en la dura campaña de Bolsonaro contra el voto electrónico.

También declaró que el exmandatario y algunos de sus asesores le sugirieron crear una urna electrónica falsa, que sería usada en una propaganda y en la que un elector marcaría su voto por un candidato y sería registrado en favor de otro, lo cual sería la “prueba” de que el sistema era fraudulento, como sostenía sin pruebas Bolsonaro.

Delgatti precisó que sus encuentros con el entonces presidente fueron intermediados por la diputada de ultraderecha Carla Zambelli, con quien trabajaba en la época, y que incluso Bolsonaro le envió cinco veces al Ministerio de Defensa para discutir el asunto con expertos en informática de ese despacho.

Según dijo el hacker, las reuniones con Bolsonaro fueron en la residencia oficial de la Presidencia.

Aclaró que en esos encuentros le explicó al mandatario que los sistemas de votación no podrían ser violados por sus robustos mecanismos de protección.

Frente a eso, se le sugirió crear la urna falsa, lo cual no llegó a ser hecho, y además invadir otras redes de la Justicia, en las que sí ingresó y hasta subió una orden de captura falsa contra el juez Alexandre de Moraes, presidente del TSE.

Por su campaña contra las urnas electrónicas que Brasil utiliza desde 1996 sin que se haya registrado nunca un fraude, Bolsonaro fue juzgado por el Tribunal Superior Electoral (TSE) en junio pasado y despojado de todos sus derechos políticos por ocho años.

El punto central de la acusación fue una reunión que Bolsonaro convocó en la residencia oficial de la Presidencia con medio centenar de embajadores extranjeros el 18 de julio de 2022 para insistir en su campaña de descrédito contra el sistema electoral.

En esa reunión, transmitida por la televisión pública, intentó convencer a los diplomáticos de supuestos fraudes que permitirían las urnas electrónicas y hasta sugirió que la Justicia electoral conspiraba para favorecer al actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien finalmente ganó esas elecciones.

La cita con los embajadores fue la puntilla de una campaña contra las urnas electrónicas a la que Bolsonaro imprimió más beligerancia aún desde marzo de 2021, cuando la Corte Suprema anuló los juicios por corrupción que llevaron a la cárcel a Lula, quien desde ese momento pasó a liderar todas las encuestas electorales para 2022.