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5.400 personas mayores han contado sus historias de vida con esta escuela de escritura

Con las historias escritas por personas mayores, la escuela Historias en Yo Mayor, organizada por la Fundación Saldarriaga Concha y la Fundación Fahrenheit 451, ha publicado antologías presentadas en la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Algunos participantes han publicado como independientes e incluso han visto sus relatos analizados por la Comisión de la Verdad para entender los efectos del conflicto armado en esta población.

Aura Encinales tiene 68 años y desde pequeña ha tenido especial interés por el mundo de las letras. Aunque dedicó parte de su vida a la docencia y a trabajar en emprendimientos propios, hace un par de años descubrió el plan de vida con el cual, ahora, dice sentirse dichosa: ser tutora en las sesiones de literatura y escritura creativa que ofrece la Fundación Saldarriaga Concha y la Fundación Fahrenheit 451 con la escuela Historias en Yo Mayor.

Los cuentos de Aura se han publicado en más de tres oportunidades. En las sesiones, ella es la persona encargada de dictar los contenidos. Dice que, con el tiempo, ha visto cómo las sesiones, además de entregar herramientas para escritura creativa, también se han convertido en “una actividad sanadora que les permite reconciliarse con ellos mismos, con su historia, acercarse a sus familias y, también, una oportunidad para hacerlos entender cómo están ayudando a construir la historia del país a través de sus memorias”.

En 2011, la Fundación Saldarriaga se alió con la Fundación Fahrenheit 451 para crear Historias en Yo Mayor, que inicialmente era un concurso de cuentos, pero que con el tiempo, al ver la gran acogida, se convirtió en una escuela en la que ya han participado 5.400 personas a lo largo de todo el país.

Uno de los objetivos de la escuela es visibilizar las voces y las historias de vida de las personas mayores a través de la escritura, pero también con narración oral a través de pódcast, entendiendo las brechas que pueden existir en esta población a nivel de alfabetización.

Los contenidos, antes de pandemia, se desarrollaban de manera presencial en las bibliotecas públicas del país. En 2020 optaron por la metodología virtual, con siete semanas de trabajo, material de estudio asincrónico y un taller de formación en habilidades digitales al inicio del programa.

“En el imaginario social está que es en la juventud donde se estudia y se aprende, y que las personas mayores tienen dificultades para el aprendizaje por el uso de la tecnología y otros factores. La fundación viene posicionando en la sociedad la idea de que la educación y la formación son espacios importantes para que las personas mayores vivan bien y puedan seguir aportando”, comenta Lina María Aristizabal, líder de formación y educación de la Fundación Saldarriaga Concha.

La Escuela Historias en Yo Mayor ha publicado varios ejemplares de libros escritos por personas mayores que, incluso, llegaron a presentarse en la Feria Internacional del Libro de Bogotá en 2023. | Foto: cortesía.

Los impactos de la escuela han sido múltiples. Algunas de las historias que han escrito, incluso, llegaron a ser analizadas por la Comisión de la Verdad para conocer los impactos que la violencia en el marco del conflicto armado ha tenido en las personas mayores. Este año, además, se hizo el lanzamiento de los libros Historias en Yo Mayor en la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Se trata de una colección digital llamada ‘Heptamerón, memorias de una cuarentena creativa’, en la que se recopilan los escritos de más de 150 personas mayores de todo el país que participaron en la escuela de 2020 a 2022.

Los creadores del espacio recuerdan también historias de personas que han decidido continuar sus procesos por aparte cuando finalizan la escuela. Algunos han presentado proyectos al Ministerio de Cultura y a las Secretarías de Cultura municipales. Otros, incluso, han llegado a publicar con editoriales. Para Lina Aristizábal, este proyecto demuestra que las letras, para esta población, también pueden ser una oportunidad para generar ingresos, ya sea al quedar vinculados como tutores o al recibir las regalías de su obra publicada.

“Yo siempre parafraseo a Shakespeare. Él lo decía con el amor, pero yo lo digo con la escritura: escribir es miel que endulza. Es algo que le exige a uno concentración, dedicación, exprimirse... y sin embargo uno quiere seguirlo haciendo, y hacerlo cada vez mejor”, comenta Aura.

Con la Escuela Historias en Yo Mayor, ambas fundaciones quieren que las personas mayores continúen aprendiendo y generando productos creativos a través de los cuales puedan contar sus historias de vida y la manera como han visto al país a partir de sus propias sensibilidades. | Foto: cortesía

La escuela recibe personas desde los 55 hasta los 94 años. En los encuentros han participado escritores como Ricardo Silva Romero, Jose Luis Diazgranados y Carolina Sanín.

Aunque las temáticas que se abordan son diversas, pues dependen de las experiencias de vida de cada uno, una buena parte de los asistentes aprovecha este espacio para dejarle relatos testimoniales a sus nietos. Cada semana en el taller es un tema diferente: vimos cambiar nuestros lugares, amamos y somos amados, infancia, mitos y espantos, animales y somos nuestros viajes.

“Una vez una persona me contó cómo le tocó moverse por cinco pueblos y, estando en Cartagena, un huracán que hubo en el 88 lo obligó a mudarse a Bogotá. Lo que procuramos es que a partir de unas excusas narrativas, ellos vean que hay unos relatos que en un principio no creían que fuesen valiosos, pero que en realidad sí merecen ser contados, porque preservan la memoria del país, de su generación y de sus territorios”, comenta Mauricio Díaz, coordinador del proyecto.

Estas notas que salían de su guitarra le daban también el poder suficiente para despojar de sus sábanas a los fantasmas y mirarlos de frente; para llenarse de tanta alegría que sería capaz de ahuyentar con ella a las ánimas en pena que su abuela le señalaba por todas partes; pero, sobre todo, para desterrar la rabia que sentía por los que le habían arrebatado a su familia. Por primera vez, desde esa mañana en que salió de su casa, durmió la noche completa. Por primera vez se durmió sonriendo, con la esperanza de que, de alguna manera, su pesadilla ya había empezado a llegar a su fin.

—  Fragmento del cuento 'La noche en que Inés derrotó el miedo' por Aura Encinales Ardila, escritora de 68 años y tutora de la Escuela Historias en Yo Mayor..

Puede descargar los ejemplares en este enlace.

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