¿Hiperactivo? Qué es el TDAH y cómo saber si alguien niño o adulto lo padece

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es una de las alteraciones mentales más comunes en la niñez. Afecta a cerca de 366.3 millones de personas, es decir, alrededor del 6,5% de la población mundial.

A pesar de ser tan común, muchas personas suelen nunca enterarse de que tenían este trastorno. Un dictamen tardío o ausente tiene graves implicaciones en la vida de quien padece TDAH. Por esta razón, es vital saber reconocer las principales señales de este desorden para poder recibir atención y tratamiento oportuno.

¿Qué es un TDAH?

Se trata de un trastorno neurológico que afecta la capacidad de mantener la atención o concentración en algo, al igual que produce impulsividad y una hiperactividad motora. Las personas que tienen esta afección crónica, suelen tener problemas de aprendizaje y de comportamiento.

Después de la pandemia, se hizo más evidente los retos que tiene Colombia para conseguir un buen cubrimiento en la atención a problemas de salud mental en adultos y niños.

De acuerdo con la psicóloga María Camila Papagayo, en entrevista para Salud y Algo Más, trabajar este tema con la población infantil es fundamental, pues: “necesitamos de habilidades sociales, de gestión emocional, pues son vitales para afrontar la vida”, explicó la doctora.

Sin embargo, este aspecto sigue presentando falencias en el país. Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familia (ICBF), el 44% de los niños tiene indicios de algún problema mental y un 2,3% se encuentra diagnosticado con TDAH.

Señales claves para identificar TDAH en los niños

La falta de autocontrol y el exceso de energía son comportamientos comunes en los niños. Cuando están en esta etapa, quieren descubrir el mundo y tienen toda la energía para hacerlo. Sin embargo, hay algunos comportamientos que, si son reiterativos, pueden ser señal de atención.

Los niños con TDAH pueden llegar a presentar los siguientes comportamientos:

• Jugar de forma muy fuerte o agresiva.
• Enojarse o alterarse con facilidad.
• Ser muy nerviosos.
• Dificultad para entablar conversaciones.
• Les cuesta llevarse bien con sus compañeros.
• Olvidar las cosas con mucha frecuencia.
• Dificultad para prestar atención
• Perder fácil la concentración.
• Ser inquietos y hablan de forma excesiva.
• Ser impacientes.

¿Hiperactividad o trastorno de hiperactividad?

Es importante recordar que no todos los niños que sufren de hiperactividad o les cuesta concentrarse tienen un trastorno. La abundancia de energía en un niño puede ser provocada por un exceso de actividades o por un alto consumo de azúcares; mientras que el trastorno implica factores genéticos. Por eso es importante la consulta con un especialista.

Una preocupación que han tenido varios psicólogos durante los últimos años es el aumento de autodiagnósticos o sobrediagnósticos. Muchos adultos o padres, en vez de dirigirse a un profesional, han preferido escuchar influenciadores o guiarse por páginas en internet para atender todo tipo de problemas, inclusos sobre temas de salud.

Sin embargo, esta es una práctica que podría estar causando más daño. Es fundamental que, si se tiene dudas o sospechas por un comportamiento, consulte con un profesional. En el país, existen algunos centros de apoyo psicológicos gratuitos a los que puede dirigirse sin restricción. También puede dirigirse a su EPS o tratar el tema con su médico de familia.

Los adultos con TDAH, ¿cuáles son sus síntomas?

Los adultos con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, que no fueron tratados desde niños, tienen una gran probabilidad de haber tenido problemas académicos y de control de emociones durante su vida. Así como pueden presentar dificultades para adaptarse en el medio laboral y con sus relaciones interpersonales. Estos son los rasgos más comunes que suelen tener los adultos con este trastorno:

1. Son olvidadizos y desorganizados.
2. Pueden distraerse fácilmente, aunque también puede tener hiperconcentración, lo que los lleva a concentrarse tanto en algo, que pierden la conciencia del mundo.
3. Incapacidad para manejar el tiempo. Tienden a llegar tarde a eventos o aplazar tareas.
4. Tienen mucha energía siempre, les cuesta quedarse quietos por mucho tiempo. Son intranquilos e impacientes.
5. Hablan mucho, incluso, interrumpen a los demás para formular comentarios y preguntas, sin esperar que el otro termine.
6. Tienen baja autoestima y poca tolerancia a la frustración.
7. Se les dificulta controlar sus impulsos y regular sus emociones. Son sensibles, irritables y pueden alterarse con facilidad.