Esta es la historia de un <b>llamativo cambio de evaluación en un caso judicial</b> pero también podría ser una novela policíaca. Un proceso, que involucra el interés pecuniario de la Fiscalía, <b>pasó de ser homicidio a muerte natural </b>con pruebas insuficientes y cuestionables.La investigación la hizo la periodista Sylvia Charry de la revista Cambio y quiero compartirla con ustedes porque quizás con mayor atención ciudadana sea más <b>difícil que se desvíe la justicia</b>.La pesadilla para una familia empezó el viernes 4 de diciembre de 2020. El <b>esposo y padre de familia Jairo Silva Rivera</b>, que trabajaba como agente de aduanas, fue<b> detenido en Cartagena</b> dentro de una investigación por un proceso de contrabando.Él confiaba en que <b>podía demostrar su inocencia</b> y así lo manifestó antes de ser trasladado a Barranquilla, donde fue recluido en las instalaciones del Batallón de Policía Militar Paraíso, bajo custodia de agentes del Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía, CTI.El señor <b>Jairo Silva Rivera tenía 65 años, era diabético y tenía una afección hepática</b>. Sin embargo, ninguna de sus dolencias lo tenía en peligro de muerte.Once días después de su detención, cuando <b>cinco hombres del CTI lo vigilaban</b> a él y a otros detenidos, <b>murió</b>.El informe de uno de los agentes del CTI asegura que el <b>señor Silva Rivera, de manera súbita, se sintió mal </b>y ellos decidieron subirlo a un carro y llevarlo al dispensario médico del batallón, con tan mala suerte que llegó muerto.El levantamiento del cadáver lo hizo la Sijín, de la Policía, y el Batallón Paraíso desde el primer momento emitió un comunicado dejando claro que al momento de su fallecimiento el señor <b>Silva Rivera estaba bajo custodia de los agentes del CTI</b>.Como se trataba de una <b>muerte repentina e inexplicable</b>, el cuerpo del señor Silva Rivera fue remitido al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses para que se realizara la autopsia correspondiente que determinara las causas de la muerte.Las fotografías que hacen parte del expediente muestran que el señor Silva tenía<b> hematomas, señales de golpes en la cara, en el pecho, en los brazos y en la espalda</b>. Lo más grave es que tenía un brutal golpe en el cuello que fue la lesión que causó su muerte.El informe de Medicina Legal señala: “Traumatismo contundente en región cervical que<b> fracturó la vértebra cervical 7 </b>y luxación de las <b>vértebras primer y segunda de la región cervical</b>”.La médica forense que lo examinó, la doctora Natalia Paulina Osorio, concluyó de esta manera:Es decir el análisis de Medicina Legal, que está sustentado por el protocolo de necropsia y por las fotografías del cadáver, muestra que el señor Silva Rivera fue<b> salvajemente golpeado </b>y que uno de esos <b>golpes a la altura del cuello</b> le ocasionó la fractura de la columna vertebral y la muerte.La propia Fiscalía General de la Nación emitió un comunicado unas semanas después informando: <b>“Se logró establecer que la causa de su muerte fue violenta”</b>.Basados en esos documentos –y en las pruebas forenses que los sustentan– la familia presentó una demanda civil contra la Nación, Ministerio de Defensa y la Fiscalía para que sean indemnizados y además para que<b> se investigue quién o quiénes golpearon al señor Jesús Silva Rivera hasta matarlo</b>.Hasta ahí iba la historia hasta el jueves pasado cuando la Fiscalía, dos años y siete meses después, emitió un segundo comunicado de prensa señalando que la investigación “permitió establecer, sin lugar a ninguna duda, que <b>no se trató de una muerte violenta, y que, por el contrario, corresponde a causas naturales</b>, debido a que, para el momento de los hechos, el señor Silva Rivera tenía diabetes mellitus tipo 2, cirrosis hepática, trombosis mesentérica y un infarto agudo de miocardio”La afirmación está basada en el <b>estudio de unas muestras de tejido</b> que la médica forense había conservado de la necropsia. El comunicado señalaba además que “compulsaba copias al tribunal de ética médica” para que investigara a la legista que hizo la autopsia.Con todos los documentos, la periodista Sylvia Charry de Cambio llevó el caso a uno de los expertos forenses más respetados de Colombia. Se trata del doctor<b> Carlos Valdés</b>, quien por ocho años ocupó la<b> dirección del Instituto Nacional de Medicina Legal</b>.El doctor Valdés<b> revisó las fotografías, los protocolos forenses y los análisis </b>y señaló: “Yo leí la necropsia. La miré muy bien y es aterrador. Es indudable que allí se cometió tortura (...) Hay hematomas a nivel del cuello que muestran que lo tenían sujeto por el cuello. La persona muere en un estado de dolor y sufrimiento”.El doctor Valdés señaló que el comunicado de la Fiscalía no podía contradecir las causas de la muerte basándose en un estudio de los tejidos, o histopatológico. Habría sido necesario exhumar el cuerpo y revisar la fractura de la columna vertebral.A ver, lo decimos más claro: <b>ni la diabetes, ni la cirrosis, ni el infarto pueden causar hematomas</b>, mucho menos la fractura del cuello.Personalmente le pregunté a la Fiscalía si habían exhumado el cadáver para llegar a la nueva conclusión y me respondieron por escrito: “No, el cadáver no fue exhumado”.El <b>estudio de tejidos se realizó hace un poco más de dos semanas</b>, el 12 de julio de 2023, y como lo anota el exdirector de Medicina Legal es insuficiente para concluir que el señor Silva Rivera murió por causas naturales.Estamos aquí ante a un claro conflicto de intereses:Ese estudio de Medicina Legal, que ahora quieren cuestionar, indica que el <b>detenido fue torturado y golpeado mortalmente</b>. Como la Fiscalía es juez y parte en esto, sería de elemental justicia que se cumplieran los protocoles de investigación y que dicha investigación la adelantara una autoridad independiente.