El restaurante de comida típica que busca contratar a personas mayores
La calidad del trabajo de las personas mayores vinculadas al restaurante Sr. Chicharrón ha motivado a sus fundadores a continuar contratando a personas de esas edades. “Han aportado liderazgo, iniciativa y sentido de pertenencia”, dice el creador de Señor Chicharrón.
Norberto José Mendoza es ingeniero de petróleo, tiene 64 años y llegó a Sr. Chicharrón cuando tenía 62, entusiasmado por haber encontrado un trabajo legal con una compañía. Es oriundo de Venezuela, pero vive en Colombia con su esposa e hijos. Se enteró de la oferta laboral por medio de un sobrino que lo recomendó al restaurante. El anuncio lo emocionó tanto que se presentó un día antes de la citación, pues “no quería llegar tarde a su primer día de trabajo ni perder la oportunidad”, cuenta.
Desde ese día, Norberto es la primera persona que llega al restaurante. A las siete en punto de la mañana abre los candados y organiza la cocina para empezar a preparar los ahumados y chicharrones que se comercializarán en la Zona T de Bogotá, donde está ubicada la sede principal. “Ellos dicen que yo soy la persona que mueve el negocio por mi afán de trabajar, tanto así que le han dado más oportunidades a personas de la tercera edad a partir de mi ejemplo”, comenta.
Actualmente se registra que las personas mayores son mucho más activas y productivas. La tasa de ocupación de mayores de 60 años asciende a 30.4%. A nivel urbano, la ocupación de la población mayor se ubica en 27.6 % y para las zonas rurales alcanza el 40.4%. Además, el 18% de los micronegocios del país son propiedad de las personas mayores, según la Encuesta de Micronegocios (EMICRON) realizada por el DANE en 2020.
En un principio Alex Montaño, emprendedor desplazado a Bogotá por la violencia en su natal Nariño y uno de los socios de Sr. Chicharrón, se mostraba reticente a la idea de contratar a personas mayores, pues decía que el tema gastronómico implica un esfuerzo físico muy grande.
Sin embargo, la calidad del trabajo de Norberto lo hizo cambiar de parecer. Colaboración, sentido de pertenencia, puntualidad y liderazgo son algunas de las cualidades que el trabajador ha sembrado en la cultura organizacional de la compañía.
“A mí el trabajo me hace sentir joven. Además de cocinar, me gusta enseñar. Siempre les enseño a los jóvenes cómo tener más iniciativa, por ejemplo. Todo está en la mentalidad que tengamos. Mientras más apoyo tengamos, más nos sentimos jóvenes”. explica Norberto, quien está encargado de los ahumados, es el asistente del chef parrillero y también apoya como asistente de cocina fría de ser necesario.
Actualmente el restaurante cuenta con los servicios de nueve personas mayores en las diferentes sedes: dos ubicadas en Bogotá y dos en Pasto, además de un centro de producción en Tabio, Cundinamarca, donde trabaja Jaime Abello, de 55 años.
Antes de vincularse con ellos, Jaime trabajó como gerente de producción en una empresa láctea. Su despido de dicha empresa lo llevó a trabajar en Uber, pero cuando Alex vio su talento y toda la experiencia profesional que tenía, le ofreció vincularse a trabajar con Sr. Chicharrón; le encargó la tarea de ser el encargado de organizar el centro de producción:
“Nosotros necesitábamos organizarnos. Él fue quien organizó el centro de producción para poder estandarizar las recetas. Su experiencia ha sido muy valiosa para nosotros, yo digo que tengo al mejor gerente de producción, y es una lástima que otras empresas no lo valoraran solo por su edad”, comenta Camilo Sierra, un joven de 31 años que estudió administración de empresas y socio fundador del restaurante.
Camilo recuerda la historia de la creación Sr Chicharrón con entusiasmo. Al principio, Alex Montaño tenía montado un restaurante de venta de ‘almuerzos ejecutivos’ que quebró durante la pandemia. Cuando se levantaron las restricciones sanitarias, el segundo invitó al primero a un asado y allí decidieron apostarle a la venta de ahumados y chicharrones.
Fue gracias a una reseña del influencer Tulio Recomienda que su negocio despegó. Sin embargo, durante esos primeros meses de trabajo notaron que uno de sus mayores inconvenientes era la alta rotación del personal, problema que disminuyó desde que comenzaron a vincular a personas mayores a su nómina.
“Le envío un mensaje a todos los empresarios para que dejen de creer que una persona con canas o que no está actualizada en temas de tecnología deja de ser productiva, al contrario, a veces son las que más sorprenden. Yo no estoy haciendo un favor ni filantropía; yo tenía un problema y ellos lo solucionaron. La empresa no es el héroe. Ellos son los que me dan la tranquilidad de que todo en el negocio está al día”, concluye Camilo.