Todos sabemos cómo desangran los recursos en el país, pero sin duda lo que vimos en el día de ayer no solo es vergonzoso también genera una profunda tristeza de país. Al conocerse las <b>imágenes del recibimiento en Sahagún, Córdoba, al excongresista Bernardo ‘Ñoño’ Elías, </b>y ver cómo era aplaudido por una multitud, acompañado por una caravana y música tras quedar libre luego de una condena por corrupción, se disminuye la esperanza de país.No hay países sin corrupción, en eso estamos claros. La diferencia es que en sociedades desarrolladas la corrupción es la excepción y se castiga severamente.<b> En Colombia es la regla y no se castiga. </b>Con impunidad del 96% y casa por cárcel a los pocos que pillan, se convierte en un gran negocio sin riesgo.El<b> ‘Ñoño’ habría recibido alrededor de 1.600 millones de pesos de Odrebrecht</b> entre los años 2012 y 2014. Y ahí es cuando uno recuerda que en Sahagún pasas cosas que parecen un triste chiste, pero son esa realidad que supera la ficción, por ejemplo, hay un barrio que se llama Musa Besaile.La cultura de la ilegalidad no solo tiene corona en nuestro país, cosa que de por sí ya es vergonzosa, sino que la idiosincrasia hace que se piense que un líder político está por encima del resto, que se deben tratar como héroes y peor aún, que lo poco que llevan en obras a las regiones y no se roban hay que celebrarlo, así ellos sean unos corruptos, es decir delincuentes.Esto habla de lo que conlleva<b> tener un país con inequidad en presupuestos</b> y en esos modelos de contratos que hacen que la mermelada política la terminen llevando en algunas obras estos gamonales políticos. Esto es una alarma lamentable.Ya vienen elecciones y el panorama es recibir como héroes a quienes nos llevan en tantos rincones a la miseria. Si algo ha permitido ver Odebrecht es que no importa el color político ni trayectoria, debemos dejar de romantizar a los corruptos. Lo que pasa es que con una <b>Fiscalía tan complaciente </b>ante este caso que incluso mantiene en su cargo a fiscales investigados por Odebrecht, y que hace pequeños movimientos solo porque saben que <b>en contados días llegará delegación del FBI a Colombia</b>, es difícil ver algún cambio.Acá se roban una gallina y pagan en el peor pabellón, pero posan de honorables mientras se roban recursos de la gente y además de parecernos dioses terminan en casa por cárcel porque supuestamente no representan riesgos; claro, el único riesgo es hablar duro en contra de lo que son.Cierro con la frase del exsenador Gustavo Bolívar con la que coincido: “<b>esta es la Colombia estúpida que debemos educar ya”.</b>