Regulación del cannabis contó con el apoyo del Consejo Superior de Política Criminal
Para este organismo el proyecto era necesario, hacía parte de los derechos fundamentales de los consumidores y era coherente para avanzar en una nueva visión del fenómeno de las drogas.
El proyecto de ley de regulación del cannabis contó con el respaldo del Consejo Superior de Política Criminal.
A pesar de que la iniciativa se hundió en el Congreso de la República, este organismo, que asesora al Gobierno Nacional y hace parte del Ministerio de Justicia, resalta en su concepto que el uso recreativo de la marihuana hacía parte de los derechos fundamentales de sus consumidores:
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“La reforma que se propone, busca el respeto de los derechos fundamentales de aquellos adultos que acuden al uso del cannabis, sustrayéndolos de la injerencia del derecho penal en sus decisiones y promoviendo los derechos humanos, la salud pública y la seguridad de los colombianos”.
También resalta que era necesaria para promover los derechos humanos:
“La reforma que se analiza es adecuada, necesaria y proporcional para promover los derechos humanos, la salud pública y la seguridad de la población colombiana. Y es que, el bien jurídico de la salud pública que se reforma en los artículos 375, 376 y 377, exceptuando para tales efectos el cannabis de uso adulto conforme los reglamentos y licencias que expida el Gobierno Nacional, resulta proporcionada en atención al respeto de los derechos fundamentales y una visión integral, no absolutamente prohibicionista en punto del consumo de drogas”, se lee en el concepto.
El concepto también indica que es un proyecto coherente:
“El Estado colombiano, con apoyo en decisiones jurisprudenciales, está en proceso de construir toda una política pública que abandone el absoluto prohibicionismo y correlativo castigo en materia penal frente al consumo de drogas, tal como se plantea en el proyecto de ley en relación con el cannabis de uso adulto” y que de esta manera, existe todo un andamiaje de naturaleza pública que implica coherencia y compromiso de varias instituciones del Estado Colombiano de avanzar en una nueva visión del fenómeno de las drogas y su consumo, la cual se ve refleja en la iniciativa hoy puesta a consideración.
“Esa estructura normativa e institucional en la que avanza nuestro país hace que resulte coherente la reforma que hoy se propone y permite una articulación estructural del Estado”, dice el concepto.