La OEA aprueba un aumento de presupuesto para salvarse de una crisis financiera
Las cuentas del próximo año mantienen a Estados Unidos como el principal contribuyente de la organización.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobó este jueves aumentar su presupuesto anual un 8,5 % después de que una auditoría advirtiera de la crisis financiera que atraviesa el organismo panamericano.
Los representantes de los Estados miembro, reunidos en Washington en la 53 Asamblea General de la OEA, avalaron la resolución que aumenta el presupuesto de los 84,9 millones de dólares de 2023 a los 92,1 millones para 2024, con la única oposición de El Salvador.
Las cuentas del próximo año mantienen a Estados Unidos como el principal contribuyente de la organización, con el 49,9 % del presupuesto, seguido de Canadá (13,6 %), Brasil (12,5 %) y México (8,6 %).
El presupuesto incluye las cuotas que deben pagar tanto Venezuela como Nicaragua, a pesar de que ya no son miembros activos de la organización.
El Salvador se opuso al aumento de cuotas mediante una nota en la resolución en la que apuesta por “una política responsable de austeridad” que prefiere destinar los recursos públicos al “pleno bienestar de la población salvadoreña”.
El nuevo presupuesto llega después de que una consultoría independiente concluyera en mayo que las cuentas de la OEA han ido en “declive en la última década” hasta llegar a un punto crítico que no es “sostenible” en el futuro.
Desde 2014, la Secretaría General de la OEA ha utilizado en varias ocasiones préstamos de un fondo de tesorería extraordinario ante la falta de saldos en su caja.
La OEA ha hecho algunos llamamientos a los Estados miembros para que cumplan con las aportaciones pactadas. Al menos 11 países debían 36,5 millones de dólares a la organización a finales de 2021.
Otra resolución que está en el orden del día de la Asamblea General propone retirar el derecho a voto en el consejo permanente de la OEA a aquellos países que no estén en una situación regular en cuanto a los pagos.
Durante los últimos años, países con Gobiernos de izquierdas como México, Bolivia o Argentina han incrementado las críticas contra la OEA, han reprochado el trabajo de su secretario general, el uruguayo Luis Almagro, y han puesto en cuestión el futuro del organismo.