Policías de Soacha se comieron dinero en insólito intento de ocultar pruebas en su contra
Una vez que los policías se hayan recuperado de la intoxicación por comerse los billetes, tendrán que enfrentar las consecuencias legales del delito del que se les acusa.
Imagen de referencia de Policía Nacional. Foto: Colprensa.
Bogotá
En un giro extraño de los acontecimientos, policías en el municipio de Soacha recurrieron a un método poco convencional para ocultar pruebas de un delito de extorsión: literalmente se comieron el dinero. Sin embargo, este acto inusual tuvo graves consecuencias para la salud de los agentes involucrados.
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El incidente comenzó con un caso denunciado de extorsión contra un comerciante local. La víctima alertó a la unidad Gaula de la Policía Nacional después de que supuestamente le exigieran dos millones de pesos, a pesar de que solo podía proporcionar uno. A pesar de la falta de dinero, se acordó que se entregaría la suma acordada.
La unidad Gaula diseñó un plan para atrapar a los policías in fraganti y asegurar su arresto. Sin embargo, lo que nadie esperaba era que la evidencia, en este caso, el dinero confiscado al comerciante, terminaría en sus estómagos.
Los agentes se tragaron los billetes sin ningún aderezo ni siquiera un sorbo de agua para ayudar en su misión poco ortodoxa. Un video se muestra la operación policial, con los agentes siendo detenidos dentro de un vehículo patrulla. Se les interrogó sobre las acusaciones de extorsión planteadas por el comerciante, pero negaron vehementemente cualquier participación.
A medida que el interrogatorio continuaba, uno de los agentes comenzó a sentir malestar. Tenía dificultad para respirar, lo que llevó a un agente del Gaula a ayudarlo desabrochando su chaqueta. Sin embargo, el malestar empeoró hasta el punto en que no tuvieron más remedio que confesar que se habían tragado el dinero extorsionado. La condición de los agentes empeoró y tuvieron que ser trasladados de inmediato a un hospital para recibir atención médica urgente.
Una vez que los agentes se hayan recuperado, tendrán que enfrentar las consecuencias legales del delito del que se les acusa. En este caso, no habrá indulgencia, ya que la justicia exige un relato completo de sus acciones.
