En la mañana del pasado 8 de junio, los ciudadanos ubicados al oriente de Bogotá pudieron observar un espectáculo inédito: en los cerros de Monserrate y Guadalupe, un<b> atleta y artista estonio llamado Jaan Roose</b> cruzó de una montaña a otra sobre la cuerda floja.Este atleta, a quien le gusta romper récords mundiales, quiso<b> imponer su propia marca personal a 3.100 metros de altura</b> para igualar la hazaña que logró <b>Harry Warner en 1895</b>.En diálogo con La W, Roose compartió detalles sobre su <b>recorrido realizado en 2 horas 12 minutos</b>, tiempo en el que cubrió una distancia equivalente a <b>14 canchas de fútbol profesional</b>.En primer lugar, el atleta estonio aseguró que, sin duda, <b>contó con los permisos de las autoridades </b>para realizar esta tarea, ya que es la única forma en la que opera Red Bull, su patrocinador: con <b>acceso y permiso</b> de las autoridades locales.Sobre cómo llega al otro lado y si sufre de angustia cuando nota que le falta un largo tramo por recorrer, Roose contó que lo más importante es <b>no olvidarse de respirar</b>, ya que, aunque parece obvio, <b>“esto es tan intenso que a veces se olvida respirar”</b>.El atleta agregó: “<b>Decido ir poco a poco</b> porque cada movimiento es con pasos muy simples (…) me pongo como meta los primeros cien metros y así. Estando<b> a la mitad (del recorrido) es aún más difícil</b> y el reto se pone más complejo.Sobre cómo se prepara para estas actividades, Roose indicó que lo hace tanto mental como físicamente: “La<b> preparación física es la más importante</b>, pues mentalmente es casi como un juego en mi cabeza. Me toca practicar, caminar por muchas horas para fortalecer esa habilidad física y pararme en la línea para estar preparado para cruzar”.En cuanto a por qué decidió ejecutar su hazaña en Bogotá y cómo se preparó, el atleta contó a La W: “La <b>altura de Bogotá fue un reto</b>. Tuve que hacerlo en<b> altitudes similares para prepararme</b>, pero quería repetir la historia de Harry Warner”, afirmó, agregando que el clima bogotano jugó a su favor en esta ocasión.Frente a los riesgos de esta actividad, Roose reconoció que cualquier cosa puede suceder mientras se cruza: “<b>Algo inesperado puede ocurrir</b>, tenemos que estar preparados para todo y pensar en todas esas cosas para no tener nada que lamentar. <b>Es mejor estar seguros y preparados</b> para cualquier percance”.“Mentalmente, tengo que estar preparado para llegar al final.<b> Si no me siento capaz, no paso</b>, porque tienen que estar dadas todas las condiciones para alcanzar el objetivo”, agregó.Escuche la entrevista al atleta estonio Jaan Roose en La W: