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Se van ambos: Laura Sarabia y Armando Benedetti salen del Gobierno

Daniel Coronell brindó nuevos detalles sobre el escándalo que involucra a la saliente jefa de Gabinete, Laura Sarabia, y al embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti.

El Reporte Coronell conoció en primicia que Laura Sarabia, la joven jefa del despacho presidencial y cuya eficiencia fue ponderada por medios nacionales e internacionales, no será más la mano derecha del presidente Gustavo Petro.

Pero eso no es todo: Armando Benedetti, quien aspiraba a ser el jefe de todos los ministros, y ya había obtenido una luz verde del presidente, se va del Gobierno. En el caso de Benedetti, esto puede tener una complicación judicial adicional.

Pierde el fuero especial y aún tiene varios procesos por resolver, entre otros, uno por enriquecimiento ilícito, otro por el caso de Fonade, y uno más como sospechoso de chuzadas en donde también está procesado el general retirado de la Policía Humberto Guatibonza, cuyo nombre presiento se va a volver a poner de moda.

Curiosamente, ahora es Laura Sarabia, la sospechosa a voces, de una chuzada. Ella tiene todo el derecho a la presunción de inocencia y al debido proceso pero salta a la vista que es la única beneficiaria posible de la chuzada a Marbelys Meza, la niñera.

Todo comenzó cuando el presidente Gustavo Petro llegó de Brasilia el miércoles en la tarde. En medio de la crisis desatada por el enfrentamiento entre la jefa del despacho presidencial Laura Sarabia y el embajador en Venezuela Armando Benedetti; todos esperaban que llegara a Palacio a poner orden en la casa.

Pero el mandatario no llegó a la Casa de Nariño. Es más esta madrugada, casi a las una de la mañana, casi 30 horas después de su aterrizaje desde Brasil seguía sin llegar a la sede presidencial.

El despacho del Jefe de Estado, vacío en un día en el que estaban sucediendo tantas cosas, hacía más patente la crisis y la sensación de desgobierno.

El punto más importante en la agenda del presidente Petro estaba marcado a las 9 de la mañana: Reunión con el embajador Armando Benedetti en el aeropuerto militar de CATAM.

En contexto:

El encuentro del que se esperaba una solución definitiva a la crisis, que fue revelada aquí en La W, se debía producir en el salón VIP del Comando Aéreo de Transporte Militar, un salón adaptado para reuniones privadas, lejos de la atención pública, durante el gobierno de Álvaro Uribe.

El plan inicial consistía en que el mandatario hablara con el embajador antes de partir a Villavicencio a donde se quedaron esperándolo. Desde la noche anterior, el presidente Petro había cancelado toda su agenda.

Al embajador Armando Benedetti nadie le informó del cambio de planes y, según una alta fuente de la Casa de Nariño, él se fue a CATAM a esperar al presidente.

Las mismas fuentes de Palacio indicaron que el presidente Petro enviaría la caravana presidencial a recoger al embajador para llevarlo a un punto de encuentro lejos de las instalaciones oficiales. Se llegó a decir que se encontrarían en la casa particular del mandatario en Chía. Sin embargo eso tampoco terminó sucediendo.

Hacia mediodía hubo un intercambio de mensajes de texto entre el presidente y el embajador Benedetti.

No sé por cuál razón –si deliberadamente o por error– el embajador Benedetti publicó por unos minutos en su WhatsApp parte de la conversación que tuvo con el mandatario.

Habitualmente los miembros del alto gobierno usan la plataforma Line para comunicarse. Esta es una de las aplicaciones de mensajes más seguras. Sin embargo Benedetti tomó una foto de su conversación con el presidente y la publicó –voluntaria o involuntariamente, no se sabe– en su cuenta de WhatsApp.

Un amable corresponsal de El Reporte tuvo tiempo para tomar una foto del pantallazo de Benedetti. Pantallazo, nunca el nombre resultó tan apropiado.

Les leo la conversación que ustedes pueden ver a partir de esta hora en la página de La W:

12:55 del mediodía, El embajador Benedetti escribe: “OK!...Yo estoy calmado”.

Cinco minutos después, el presidente Gustavo Petro responde: “Vale. Por hoy es silencio de ambos. Ya veremos cómo se solucionan las cosas”. El presidente Petro escribió mal la palabra veremos, en realidad tecleó V W R E N O S, algo que le pasa con frecuencia.

A la 1:13, 12 minutos más tarde, Benedetti responde en tono lambiscón: “OK! Mi presidente. Me da pena molestarte, pero el canciller está sacando todos mis viajes, lo del avión privado, etc. Es Laura!...Y yo estoy callado”.

Ahí termina el pantallazo que publicó el embajador Benedetti, quejándose porque en el Ministerio de Relaciones Exteriores hay preocupación hace meses por los viajes no autorizados del embajador Benedetti. Alguno de ellos a Washington, asegurando que era en misión oficial.

En ese momento la Cancillería abrió una investigación por “abandono del cargo” ya que no había ninguna misión oficial del embajador en Venezuela en Washington. Pero, en esa ocasión, quien salvó a Benedetti fue su antigua asesora Laura Sarabia. Ella dijo que no existía orden de la Cancillería, pero sí de la Presidencia.

Los tiempos cambian mucho.

Unas horas después del chat que mostraba que, a pesar de todo, el presidente Petro no estaba tan disgustado con Benedetti, Cambio hizo pública la existencia de las chuzadas a la niñera Marelbys Meza, o la Mary como la llamamos cariñosamente los colombianos.

La periodista Sylvia Charry, de Cambio, reveló que un investigador de la Dijín en el Chocó plantó el número de la Mary en una lista de cuatro teléfonos dentro de una operación de seguimiento a Wilmer Antonio Giraldo, alias ‘Siopas’.

El policía de la Dijín en Chocó pasó la lista al fiscal 191 local contra el crimen organizado, y este pidió a un juez de garantías autorización para la interceptación.

Tres días después un analista de la sala de interceptaciones de la Dijín, en la Avenida El Dorado de Bogotá, se dio cuenta que en esa línea no había información relevante para el caso de Siopas. Solo se trataba de comunicaciones de una mujer residente en Usme, en el sur de Bogotá.

El analista pidió cancelar la orden de interceptación por “motivación no fundada” y las escuchas se interrumpieron pero la orden de cancelación solo llegó el 13 de febrero.

Ayer en la tarde, cuando Laura Sarabia se enteró de la publicación de Cambio señaló que ella no había hecho nada indebido y dejó la sede presidencial.

A esa hora seguía sin darse la reunión con el presidente.

La ansiada cita vino a cumplirse solo anoche, cerca de las 10 de la noche, en los cerros orientales de Bogotá.

Un miembro del alto gobierno ofició de anfitrión. En su apartamento se reunieron el presidente Gustavo Petro, el embajador Armando Benedetti y la jefa del despacho presidencial Laura Sarabia.

Inicialmente el presidente se reunió en privado con Laura Sarabia,

Después se reunió con Armando Benedetti. Aunque esto estaba sucediendo cerca de la medianoche, lo único que tomaron los asistentes al encuentro fue agua aromática.

En seguida, Petro se reunió al mismo tiempo con Sarabia y Benedetti. Ese parte no salió bien. El tono subió, ella lloró, él gritó imprecaciones. Y el presidente emitió una conclusión que dará a conocer al país en las próximas horas: Se van los dos.

La reunión terminó cerca de la medianoche en medio del frío que a esa hora cala los huesos en los cerros orientales de Bogotá. A las 11:49, el presidente Gustavo Petro trinó:

“Acusar al gobierno del cambio de interceptaciones ilegales es de tamaña irresponsabilidad. Ningún miembro del gobierno ha dado ninguna orden de interceptaciones telefónicas. Mañana nos pronunciaremos sobre las decisiones que he tomado alrededor del caso del polígrafo”.

La suerte ya está echada.

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