El abogado laboralista, <b>Iván Quintero</b>, pasó por los micrófonos de La W, con Julio Sánchez Cristo, para analizar la reforma laboral que presentó ante el Congreso de la República el Gobierno Nacional.Ante la preocupación que han expresado algunos expertos de que la reforma haría que se perdieran 450.000 empleos, Quintero mencionó que “<b>pueden ser más si se mantiene lo que radicó el Gobierno a mediados de marzo”.</b>“Es una reforma que incluye 79 artículos de los cuales solo dos atienden las necesidades puntuales de las empresas, de resto se inclinan a generar sobrecostos laborales, generar una regla de contratación, perseguir la tercerización”, aseguró.Puntualizó que la reforma laboral del gobierno Petro desconoce “<b>las necesidades de una de las partes: el capital, la empresa”.</b>Asimismo, mencionó que hay compañías que ya están comenzando a tomar decisiones radicales porque no podrían cumplir las condiciones que exige la reforma si es aprobada en el Congreso, por lo que indicó que<b> “parece más que una reforma, una revancha</b>”.De la misma manera, cuestionó que se reviva la figura del reintegro, pues eso obliga a las compañías a mantener a los trabajadores.“Se revive la acción de reintegro que menciona que si la empresa hace un despido discriminatorio tiene que reintegrarlo, quién valora qué es un despido discriminatorio. <b>Obligar a que las empresas tengan que mantener a trabajadores es desconocer la realidad de las compañías</b>”, dijo.Por otro lado, reconoció que hay varios artículos que son buenos para los trabajadores y en los que los empleadores estarían de acuerdo como los <b>sobrecargos dominicales, festivos y nocturnos</b>. “<b>Siento que el empleador está dispuesto y regresar a los que teníamos antes</b>, pero es que eso es lo de menos en la reforma”.No obstante, afirmó que “el verdadero problema es generar condiciones de inviabilidad a las empresas. <b>Vamos a terminar con un país autista frente al mundo en términos de empresa moderna</b>”.A propósito de los recargos mencionados, señaló que él ha hablado con empresarios y se ha dado cuenta que muchos prefieren estos a que se haga el tema de la gradualidad, pues ese punto complica todo porque sería necesario parametrizar.“Yo desfasaría las dos reformas. <b>Primero haría la reforma laboral, miraría el impacto en el trabajo y ahí sí emprendería una pensional</b>”, argumentó.“No hay reforma pensional en el mundo que no toque la variabilidad de la edad para aumentarla por la expectativa de vida”, concluyó.