Feminicidio en Unicentro: ¿por qué no se logra una protección efectiva a las víctimas?

Bogotá

El feminicidio de Érika Aponte a manos de su compañero sentimental Christian Rincón, registrado en el centro comercial Unicentro de Bogotá durante la celebración del Día de la Madre el pasado 14 de mayo, despertó un gran rechazo en el país.

La Personería de Bogotá informó que Aponte había denunciado violencia en el contexto familiar tres días antes de su asesinato. Según el informe del Sistema de la Secretaría Distrital de Integración Social, se otorgaron medidas de protección provisionales y se solicitó acompañamiento y protección al Comando de Policía de Soacha, donde Aponte reportó su residencia. Las medidas fueron trasladadas a la Comisaría de dicho municipio para su definición, de acuerdo con la ley 2126 de 2021.

Por su parte, la alcaldesa mayor, Claudia López, condenó el hecho y reveló que, a pesar de las amenazas, la víctima no aceptó ir a una casa refugio, junto con su hijo.

Desde el Congreso se han hecho diversas propuestas para evitar ese tipo de delitos, como la creación de “refugios” para hombres violentos que propuso la senadora Angélica Lozano.

¿Por qué no se logra una protección efectiva a las víctimas? Para analizar esta problemática a propósito del caso de Érika Aponte, Sigue La W conversó con Diana Rodríguez, secretaria de la Mujer de Bogotá.

Sobre el caso específico de Aponte, Rodríguez contó que el pasado jueves 11 de mayo ella se acercó por primera vez a las autoridades: “Le ofrecimos casa refugio, ella declinó y es entendible porque se sentía segura con su padre. El paso siguiente era ir a la Comisaría de Familia a pedir una medida de protección. Ella lo hizo y le otorgaron cuatro medidas de protección para el hogar y su lugar de trabajo”.

Ante este escenario, que derivó en el desafortunado asesinato de la joven de 26 años, Rodríguez señaló que “a la mujer la están asesinando por el hecho de ser mujer. No es una riña o una bala perdida”.

Jennifer Pedraza, representante a la Cámara por Bogotá, también se pronunció sobre este episodio, cuestionó las rutas de atención que existen para las mujeres en riesgo: “Aún nos hace falta mejorar la atención institucional y la prevención. Bogotá ha avanzado, pero ese no es el panorama en todo el país”.

La representante Pedraza también rechazó la falta de acción por parte de las autoridades judiciales: “Me indigna el nivel de impunidad en casos de violencia sexual o física. La violencia intrafamiliar, en la mayoría de casos, es violencia machista. No es que nos maten por robarnos el celular, es porque hay hombres que se creen dueños de nuestros cuerpos y nuestras vidas”.

Ante esto, la congresista resaltó la necesidad de ampliar la oferta de medidas preventivas para las mujeres: “Tiene que haber un compromiso de la justicia colombiana por frenar la impunidad”.

A su turno, Yamile Roncancio, quien es directora de la Fundación Feminicidios Colombia, habló sobre la propuesta de “casas refugio para hombres violentos” afirmando que, pese a que no es adecuado darle la connotación de “refugio”, esta no es una idea nueva porque ya se había discutido.

“Tiene que haber una articulación interinstitucional. Si la Comisaría ve que los actos de un hombre van encaminados a acabar con la vida de una mujer, debe notificar a la Fiscalía. Si ya hay manifestación clara y expresa de un hombre, de “te voy a matar”, habría elementos suficientes para emitir orden de captura”, indicó Roncancio.

En esa línea, fue enfática en concluir que “las únicas personas que pueden prevenir en un 100% un feminicidio son los hombres”.

Ante esto, Rodríguez se pronunció sobre las medidas adoptadas para proteger a la mujer: “Las medidas de protección son enunciativas, no taxativas (...) no podemos trasladarle toda la carga a la mujer. El desalojo del agresor es una medida que está en la ley y que se puede aplicar”.

Adicionalmente, la representante Pedraza insistió en la necesidad de debatir sobre el papel de las Comisarías de Familia y articular a las diferentes entidades.

“Me molestó cuando mencionaron que el crimen de Érika Aponte fue un “crimen pasional” (...) debemos hacer una guerra cultural en contra de las ideas machistas y del patriarcado. Se requieren medidas preventivas desde el primer momento. ¿Cómo es posible que normalicemos el acoso callejero o el acoso sexual en entornos educativos y laborales?”, expresó Pedraza sobre cuál debe ser la ruta para prevenir tragedias como la de Érika Aponte.

Finalmente, la representante Pedraza envió un mensaje a aquellas víctimas de violencia intrafamiliar: “Mujeres: denunciar funciona. Las vidas de muchas mujeres se han salvado por estas medidas”.