No hubo un oficial que no colaborara conmigo: Mancuso sobre operaciones con Ejército
En su segundo día de audiencia ante la JEP, el excomandante de las Autodefensas también se refirió a la incursión del paramilitarismo en el Catatumbo, vinculando al general Mario Fernando Cuervo.
En el marco de su Audiencia Única de Verdad ante la Jurisdicción Especial para la Paz JEP, el exjefe de las Autodefensas, Salvatore Mancuso, reafirmó que tuvo un relacionamiento directo y claro con oficiales de la Fuerza Pública para realizar operaciones conjuntas cuando integró las Autodefensas de Urabá (ACCU) y las AUC, de hecho dijo: “no hubo un solo oficial que no trabajara conmigo”.
Mancuso en la JEP:
Por ejemplo, vinculó al coronel (r) Julio César Charris Solano, excomandante de la Brigada 11 en Urabá a quien acusó en 1994 de planear una incursión conjunta hasta Tierralta (Córdoba) acompañado de dos contraguerrillas.
“Todos los oficiales podríamos decir desde que yo inicié y fui reclutado y puesto en el campo de confrontación hasta que me salió la orden de captura y me fui al monte, no hay un solo oficial superior que diga que no participó conmigo y operó (...) entre ellos estaba Julio César Charris Solano, hicimos varias operaciones” afirmó.
De hecho, señaló que en Urabá un mayor de apellido López (comandante de un Batallón Energético y Vial) planeó con él, con alias ‘00′ y otros paramilitares una incursión a Urrá.
Por otra parte, se refirió a la incursión paramilitar a la zona del Catatumbo (Norte de Santander), relatando (y reforzando los relatos del condenado mayor Mauricio Llorente) que cuadró todo con el excomandante de la Segunda División del Ejército, general (r) Mario Fernando Roa Cuervo, quien así como el coronel Víctor Matamoros, organizaron todo y facilitaron el ingreso de las AUC al Catatumbo.
“Iba el Ejército por la carretera y nosotros lado a lado”, sentenció Mancuso.
Adicionalmente, dijo que quienes le enseñaron a pilotar helicóptero eran oficiales de la propia Fuerza Aérea, del Ejército y de la Policía. Asimismo, narró que la Fuerza Pública en Urabá conocía de sus campamentos cercanos a los batallones.