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Medida cautelar de SuperSociedades le daría a Gilinski control de Nutresa

Mientras tanto Nutresa denuncia penalmente a funcionario de SuperSociedades por presunto favorecimiento a Gilinski.

Medida cautelar de SuperSociedades le daría a Gilinski control de Nutresa

La Asamblea de Nutresa de ayer estuvo de alquilar balcón. La mayoría accionaria aprobó una proposición para extender el período de la actual junta directiva hasta el año entrante. En esa junta tiene mayoría el Grupo Empresarial Antioqueño.

Como era de esperarse al grupo Gilinski, que está en el proceso de tomarse Nutresa, no le gustó la decisión.

Jaime Gilinski le pidió al revisor fiscal citar una nueva asamblea para elegir junta directiva. Esa asamblea tendrá lugar el 31 de marzo, el viernes de la semana entrante, en el hotel San Fernando Plaza.

Eso pasaba ayer por la mañana en Medellín. Y, por raro azar del destino, al mediodía la Superintendencia de Sociedades tomó dos decisiones que le vienen como anillo al dedo a los intereses de los Gilinski.

En primer lugar, aceptó una demanda contra Nutresa, Argos, y Sura (es decir, contra el Grupo Empresarial Antioqueño) y le concedió una medida cautelar que en la práctica le impide a los representantes de esas empresas participar en la elección de la nueva junta directiva de Sura, sin autorización expresa de sus respectivas asambleas de accionistas.

Eso, en plata blanca, quiere decir que, para participar en la elección de la junta directiva de Nutresa la semana entrante, tendrían que citar Asambleas Extraordinarias de Argos, Sura e Inversiones y Construcciones Estratégicas SAS antes del viernes y lograr la aprobación de esa participación.

Justo lo que necesitan los Gilinski para quedarse con el control de una compañía de la que apenas tienen un poco más del 30 por ciento. Con una junta obediente también podrán cambiar la administración. La paradoja es que con apenas el 31 por ciento de la sociedad tendrán el control de sus órganos directivos y el camino abierto para tomarse las otras compañías: Argos, Sura y después Bancolombia.

El demandante que logró esta proeza en la Supersociedades es una empresa panameña llamada Campbelltown S. de R.L. (Sociedad de Responsabilidad Limitada)

La página Opencorporates, una base de datos que aboga por la transparencia empresarial en el mundo entero revela que la empresa demandante Campbelltown tiene dos socios registrados: El primero es una empresa llamada Colden Investment y el segundo es –adivinen– Jaime Gilinski.

Escarbando otro poquito, uno se encuentra que el accionista de Colden Investment, el otro socio de la empresa demandante es – vuelvan a adivinar–, pues Jaime Gilinski.

Y mientras esto pasa en una de las esquinas en la otra también hay movimiento.

El expresidente de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Calvete Rangel, en representación de Nutresa, radicó una denuncia en la Fiscalía contra el funcionario de la Superintendencia de Sociedades José Nicolás Mora Alvarado, quien actuó como juez en el proceso de Nutresa a pesar de que su esposa trabaja para una firma de abogados que apodera a los Gilinski.

La denuncia penal señala una extraña celeridad y una actuación en horas no hábiles de parte del juez.

Les cuento una parte. El 2 de noviembre del año pasado el proceso llegó al despacho del doctor Mora quien ese mismo día, a las 6:51 de la tarde, hora no hábil, profirió auto admisorio. Teóricamente el juez Mora se quedó a trabajar más allá de su horario para leer la demanda que tenía 121 páginas, anexos probatorios y 20 páginas pidiendo medidas cautelares.

El veloz lector y aún más rápido juez siguió trabajando esa noche. A las 11:08 de la noche dictó un auto fijando caución para las medidas cautelares.

Trabajar hasta altas horas de la noche no fue inconveniente para que la SuperSociedades le madrugara al tema. A las 7:40 de la mañana antes de que se abriera la jornada oficial, la Oficina de Apoyo Judicial de la Superintendencia de Sociedades hizo la notificación por estado del auto elaborado apenas unas horas antes, cerca de la medianoche.

Otro abogado de los Gilinski, Sergio Londoño de la firma DLA Piper Martínez-Beltrán (que, dicho sea de paso, antes se llamaba Martínez Neira, ustedes saben por quién), presentó a la 1:34 de la tarde un memorial renunciando a los términos de ejecutoria del auto.

Ocho minutos después, a la 1:42, le pidió al juez José Nicolás Mora que oficiara a DECEVAL, la filial de la Bolsa de Valores de Colombia.

Al juez Mora le tomó apenas dos minutos, responderle al abogado elaborando el oficio que le pedía.

La frenética correspondencia entre el abogado de los Gilinski y el juez continuó toda la tarde. El abogado de la oficina de Néstor Martínez (Néstor Camilo se llama el hijo de Néstor Humberto Martínez, que dirige la próspera firma) le escribió el juez a las 4:30 de la tarde aportándole la caución prendaria expedida minutos antes.

A las 4:51, 21 minutos después, el juez Mora (que todo será, pero de mora nadie puede acusarlo) decretó la medida cautelar tan conveniente para los señores Gilinski.

La misma que ahora ordena otro funcionario de la SuperSociedades y que les entregaría el control de Nutresa.

Este es apenas uno de los ejemplos que prueba no solo la sospechosa celeridad de un funcionario, aparentemente sesgado en el proceso, sino el hecho evidente de que los señores Gilinski han tenido de su parte a la Superintendencia de Sociedades tanto en el gobierno de Iván Duque como en el de Gustavo Petro.

Medida cautelar de SuperSociedades le daría a Gilinski control de Nutresa