EE.UU. rechaza acusaciones de Morales de una supuesta intervención en Bolivia
Morales sustentó sus dichos en unas recientes declaraciones de la jefa del Comando Sur estadounidense, Laura Richardson.
Estados Unidos rechazó este jueves las “infundadas aseveraciones” de que planea una supuesta intervención a Bolivia u otros países de la región para apropiarse de sus recursos naturales, como lo sostuvo el expresidente boliviano Evo Morales.
“Estados Unidos respeta plenamente la soberanía de los países y su derecho a desarrollar sus recursos naturales y rechaza rotundamente las infundadas aseveraciones de intervención”, señala un comunicado de la Embajada estadounidense en La Paz.
El encargado de Negocios interino de esa representación, Jarahn Hillsman, ratificó que la política exterior del Gobierno estadounidense “tiene como objetivo fundamental trabajar con otros países y fortalecer la cooperación internacional para abordar los retos globales” como la crisis climática, las pandemias y la reactivación económica mundial.
“Y sabemos que la paz y la prosperidad global depende de un orden global basado en reglas que respetan los derechos humanos y la soberanía de los pueblos”, indica el comunicado.
La nota concluye con el reconocimiento de EE.UU. de que los pueblos de ambos países “pueden trabajar conjuntamente para mejorar las vidas de bolivianos y estadounidenses por igual” y agrega que su “voluntad de cooperación permanece firme”.
Morales acusó este martes a Estados Unidos de “preparar a través del Comando Sur la ejecución de un plan intervencionista en Bolivia y países hermanos de la región con la excusa de garantizar democracia y la seguridad”.
“Su verdadero interés es someternos políticamente para robar nuestros recursos naturales”, aseveró el exgobernante boliviano en Twitter.
Morales sustentó sus dichos en unas recientes declaraciones de la jefa del Comando Sur estadounidense, Laura Richardson, sobre las reservas de litio en Argentina, Bolivia y Chile y cómo los “adversarios” del país norteamericano están “sustrayendo” esos recursos naturales.
El ministro de Hidrocarburos y Energías de Bolivia, Franklin Molina, también criticó las declaraciones de Richardson y sostuvo que “desde 2006, Bolivia no admite injerencias”.
“Tenemos nuestro modelo soberano para industrializar el litio y desarrollar nuestro propio destino. Somos soberanos y trabajamos con quien mejores condiciones ofrezca al país”, manifestó Molina.
Además, invitó a los países latinoamericanos a “continuar con el proceso de articulación” para “fortalecer las relaciones frente a estos atropellos” porque la región “ya no es proveedora exclusiva de materia prima” y hoy apunta a la “industrialización con soberanía”.
El litio estuvo en el foco tras la salida de Evo Morales de la Presidencia en noviembre de 2019, pues el exmandatario ha asegurado varias veces que se vio obligado a renunciar por un supuesto “golpe de Estado” en su contra promovido por intereses como los de Estados Unidos sobre este recurso boliviano, lo que ha sido negado por las partes aludidas.
Bolivia y Estados Unidos mantienen sus relaciones solo a nivel de encargados de Negocios, desde que en 2008 Morales expulsó al entonces embajador estadounidense, Philip Goldberg, y a la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, en inglés) acusándolos de una supuesta conspiración contra su Gobierno.