Rusia afirmó que el desarme nuclear se mantiene; no romperá contacto con EE.UU.
Posterior a la reciente noticia de la suspensión en el tratado, Moscú confirma que la discusión se mantendrá, pero a puerta cerrada.
Recientemente se hizo público el anuncio de que Moscú rompería el tratado de desarme nuclear que hay vigente entre Rusia y los Estados Unidos, suspendiendo de este modo el START III o Nuevo START; sin embargo, confirmaron que la conversación seguiría en pie, pero por medio de ‘canales secretos’.
“Fuentes oficiales de Washington han dicho que la discusión de ese tema por canales secretos ha continuado. Puedo confirmar que eso efectivamente es así”, comentó el viceministro de asuntos exteriores ruso, Serguéi Riabkov, a la agencia Interfax.
Eso sí, hizo énfasis en que lo más importante se ha dicho ya por canales públicos, recordando que la ciudadanía no debía tener mayor preocupación al respecto y que se dará un intercambio de información en la medida en que sea necesario.
“En la medida en que haya necesidad hablaremos e intercambiaremos información”, aseveró, agregando que no tienen una “agenda concreta” y los contactos tampoco tienen un carácter regular.
Rusia reconoce su importancia en el tema
El presidente de Rusia, Vladímir Putín, fue el encargado de promulgar el pasado martes 21 de febrero la suspensión de la participación rusa en el tratado, recibiendo el visto bueno en ambas cámaras del Parlamento ruso.
Según anunció, Rusia se veía en la obligación de frenar su participación en el Nuevo START debido a la política de occidente, incluso, el embajador ruso en Estados Unidos, Anatoli Anatónov, acusó a Whashington del incumplimiento sistemático de sus obligaciones en el marco del tratado, lo que también llevó a su suspensión.
Es importante recordar que el Nuevo START fue firmado originalmente por los entonces presidentes de EEUU y Rusia, Barack Obama y Dmitri Medvédev en el año 2010, manteniéndose vigente hasta la fecha.
El tratado limitó el número de armas nucleares estratégicas, con un máximo de 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos para cada una de las dos potencias, en tierra, mar o aire.