A <b>Olga Kosova </b>la<b> invasión rusa a Ucrania</b> la llevó a<b> convertirse en corresponsal de guerra</b>. Una decisión con la que ha mostrado la <b>desafortunada realidad que vive su Nación</b> desde la decisión de Putin de <b>invadir con sus tropas a su país vecino.</b>Este 24 de febrero <b>se cumple un año de la invasión del ejército ruso a Ucrania;</b> 365 días en los que Olga ha narrado, para W Radio, la tristeza, desesperanza y soledad que inundan las calles de ciudades como <b>Kiev.</b>Lo que para<b> Kosova fue una pesadilla,</b> llegó a convertirse en la <b>cruda realidad </b>que actualmente viven los ciudadanos ucranianos.Tres semanas antes del 24 de febrero, <b>Olga se despertaba, disfrutaba del sol y comía wafles con chocolate</b>, momentos que por ahora ha dejado atrás.Su abuelo, un general y héroe de la Segunda Guerra Mundial, le dijo que la <b>“guerra comenzaba cuando un amigo moría”</b>, y fue así como Olga se dio cuenta que estaba en medio de un conflicto que parece no tener fin, <b>cuando uno de sus amigos más cercanos falleció.</b>Luego de vivir en Madrid, <b>decidió regresar a Kiev</b> para contar, a través de sus ojos, lo que día a día se deben enfrentar los ucranianos.Se dio cuenta que pese a que es inevitable creer que a sus amigos o familiares no les pasará algo, es una posición, <b>desafortunadamente, ingenua.</b>Un año después, su vida<b> está tejida por kilómetros de carreteras, violencia y un panorama desolador </b>del que no puede esconderse, ni siquiera cuando llega a su casa, donde no se siente segura.Escuche la entrevista completa: