La seguridad nuclear de Ucrania sigue amenazada tras un año de guerra
“La situación actual en Ucrania no tiene precedentes y sigue siendo peligrosa”, señala el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Un año después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, la seguridad nuclear de ese país sigue amenazada por el enfrentamiento bélico, especialmente en Zaporiyia, la mayor central atómica de Europa, recordó este jueves el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
“La situación actual en Ucrania no tiene precedentes y sigue siendo peligrosa”, señala el organismo con sede en Viena en un informe sobre la evolución de la seguridad nuclear en Ucrania en los últimos doce meses y las actividades que lleva a cabo el OIEA para prevenir un accidente atómico.
El director general del organismo, Rafael Grossi, recuerda en el documento que se trata de “la primera vez en la historia que una guerra se libra en medio de las instalaciones de un importante programa de energía nuclear”.
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Ucrania tiene cuatro centrales atómicas de generación eléctrica operativas -Jmelnitski y Rivne, en el noroeste, así como Ucrania del Sur y Zaporiyia, en el sureste-, con 15 reactores en total.
Además, en el norte está la antigua central de Chernóbil, ubicada en una zona de exclusión debido a la radiactividad emitida en el accidente que se produjo allí en 1986, el peor siniestro nuclear civil de la historia.
En esa planta inoperante hay reactores fuera de servicio, así como instalaciones para conservar desechos radiactivos.
También el Instituto de Física y Tecnología de Járkov y el reactor del Instituto de Investigación Nuclear de Kiev utilizan y almacenan material nuclear, precisa el informe.
Varias de estas instalaciones “han sido objeto de bombardeos directos” en el último año, recuerda Grossi.
Chernóbil y su zona de exclusión estuvieron bajo control de las tropas rusas durante cinco semanas, entre el 24 de febrero y el 31 de marzo de 2022.
Pero lo que más preocupa actualmente al OIEA es la planta de Zaporiyia (ZNPP), que está bajo control de Rusia desde el 4 de marzo, y cuya situación “sigue siendo frágil y potencialmente peligrosa”.
En este contexto, Grossi insiste en la necesidad de “implementar rápidamente una zona de protección” en torno a Zaporiyia.
Los bombardeos, las difíciles condiciones de trabajo, pérdidas frecuentes de energía, interrupciones de las cadenas de suministro o falta de repuestos han afectado muchas de las actividades con fuentes radiactivas en Ucrania, poniendo en peligro la seguridad nuclear, añade.
Además de seguir de cerca la situación y prestar asistencia a Ucrania, el OIEA ha llevado a cabo varias misiones sobre el terreno y ha establecido una presencia permanente de sus expertos en todos los emplazamientos atómicos del país atacado.