Aeropuerto Guaymaral, en jaque por construcción de edificios de Lagos de Torca

Primicia W con un problema que tendrá Bogotá en un futuro corto, sobre el que desde ya se están haciendo alertas pero que hasta el momento nadie quiere atender.

Todo se remite a que en el aeropuerto Guaymaral al norte de Bogotá, una de las terminales aéreas con más operaciones en Colombia, en los próximos años se tendrá en diagonal y a un kilómetro de distancia de la cabecera de su pista de aterrizaje y despegue, un conjunto de torres de hasta 15 pisos que se llamará Hacienda El Bosque del complejo Lagos de Torca y que es un proyecto de vivienda de Amarilo que se estima albergará más de 1.700 familias.

Así las cosas, hay gran preocupación sobre quienes usan este aeropuerto por lo que representa el proyecto de Amarilo en temas de seguridad aérea y también en calidad de vida de las personas que vivirán en ese conjunto por el impacto de ruidos, sin dejar de lado las presiones a las que se verán sometidos los pilotos que en muchos casos están aprendiendo a volar al usar un aeropuerto que tendrá edificios tan altos a tan corta distancia.

Ante el escenario, W Radio consultó con Claudia Velásquez, asesora legal de la Asociación de Pilotos y Propietarios de Aviones, AOPA, quien explicó “sin duda genera un incremento en el riesgo de seguridad operacional, este tener hoy una aerovía limpia sin ningún obstáculo excepto natural de las montañas que tenemos en el sector oriental, pues generar una presencia del complejo de viviendas sobre la fase de despegue y aterrizaje, genera un incremento del riesgo de seguridad operacional a pesar de que cumple con los requisitos de altura va a dificultar la operación a los pilotos y sobre todo que es la gran preocupación que tenemos, el desarrollo de expansión que va a tener Guaymaral de acuerdo con una proyección del Plan Maestro que contrató la Aeronáutica Civil para este fin y que busca aliviar el aeropuerto El Dorado en su congestión de operación”.

Frente a la calidad de vida de vida de quienes lleguen a vivir al proyecto de viviendas que aún no está en fase de construcción, Velásquez, dijo  “cuando se emitió la autorización de ruido de la Aeronáutica Civil se tuvo en cuenta un estudio de ruido el año 2013, hoy estamos 10 años después y las operaciones en Guaymaral han crecido un 30%, sin duda si se hace una modelación de ruido hoy de la operación diurna y de la operación nocturna, consideramos que los niveles de ruido van a incrementarse y obviamente con este ruido a nadie va a querer adquirir una vivienda donde van a tener un constante, ruido de aviones durante el día y de operaciones de helicópteros de entrenamiento de la Policía durante la noche”.

Así mismo AOPA aseguró que también quedó con preocupación frente a la socialización que se hizo del proyecto, porque en una respuesta que les entregó la Aerocivil, esta autoridad aseguró que una licencia de alturas como la que se le dio a Amarilo no se tenía que socializar a pesar que quienes pidieron ese proceso fueron en gran parte la comunidad aérea que podría terminar viéndose afectada por la construcción.

Junto a lo anterior, AOPA expresó que no siente que se este teniendo en cuenta la resolución 8321 del Ministerio de Salud la cual dice que no se deberá permitir la construcción viviendas entre otras obras en suelos cercanos a un aeropuerto que pueda interferir en las operaciones aéreas y bienestar de quienes vayan a vivir allí.

W Radio buscó diferentes respuestas, iniciando por el distrito, el cual dijo:

• Es labor de la Curaduría en el licenciamiento verificar el cumplimiento de la altura del proyecto que licencia, de acuerdo con el permiso otorgado por la Aeronáutica Civil, y con base en las normas del PP adoptado por la SDP en 2019 mediante el Decreto 653.
• La AC (Aeronáutica Civil) remitió concepto favorable al PP definiendo 4 zonas con diferentes alturas.
• La zona en donde se desarrollan las manzanas útiles destinadas para vivienda, están enmarcadas en el polígono definido por la Aeronáutica Civil como lote 1- Área 2, al cual le otorgó una altura total de 49 metros.

Por su parte Amarilo, en respuesta escrita aseguró que el proyecto cumplió con la concertación ambiental, con el permiso de alturas que fue otorgado en 2016 y que recibió el respectivo concepto favorable sobre el impacto de ruidos por parte de la Aerocivil, aceptando que deberá implementar ciertas obras para mitigar dicho impacto y sobre lo cual empezó la promoción de su importante proyecto.

La Aerocivil hasta el momento no ha entregado una respuesta formal sobre la petición de reevaluar los estudios de altura y de impactos de ruidos que hace la comunidad aérea.

Finalmente, al consultar con pilotos de gran experticia y expertos ligados al sector aeronáutico, siempre se encontró como respuesta que sin duda alguna el proyecto si representa un riesgo para la seguridad aérea y que sería oportuno reevaluar los permisos sobre los que se piensa construir.